Me gusta siempre pensar que las millas, los viajes, los preparativos y el simular innumerables vuelos se trata de un juego de adultos, pero precisamente de eso, adultos, responsables, maduros y conscientes de sus decisiones y elecciones como aquello que dicen ser: adultos. Pero no, no todos lo son, y a aquellos creo va dedicado este post.
Cuando uno decide armar un viaje de la manera que decidas hacerlo (comprando el pasaje, canjeando millas, haciendo dedo, lo que se te ocurra), cada uno decide hacia donde ir, cuando y como ir, y debe ser responsable de las consecuencias, contingencias que pudiesen suceder y las cosas que uno puede o no evitar, antes de tomar la decisión antes de emprenderlo. Hacer un viaje implica un movimiento muy grande, sobre todo si te vas al exterior: te vas a un lugar donde sos extranjero, extraño, donde tus redes de contención son hasta inexistentes, y que de tener algún problema, estás medio en el horno. Uno no viaja pensando que algo te va a suceder, pero tenés que prever tu seguro de viaje y otros factores que pueden complicar tu estadía allá.
Si decido viajar en plena época de monzones a Hong Kong, la posibilidad de quedar aislado en la ciudad o en el hotel es una posibilidad. Puede ser que en el 90% de las veces no pase nada, pero si sucede, poco tengo para decir. Lo mismo que si cuando el 17 de marzo de 2020 se especulaba con el cierre de las fronteras, y yo decido viajar el 16 de marzo a sabiendas de la situación especulando con que «volveré de alguna forma» y después me quejo porque no me repatrian (aclaro: no hay política en este comentario, y va dirigido solo a aquellos que lo hicieron adrede y de forma irresponsable y no a aquellos que ya habían comenzado el viaje con anterioridad y se vieron sorprendidos por la locura que implicó el 2020). A ver, no todo es responsabilidad del otro, ni todo lo debe resolver el otro.
En 2017 decidimos viajar con mi mamá, hermana y sobrinos a Orlando. El día que embarcamos a Miami se hablaba de un tal Huracán Irma. Cuando llegamos a Miami y nos disponíamos a embarcar a Orlando, la psicosis en la Florida era total. Los agentes de seguridad nos advertían que nos cuidemos y que el huracán podía llegar a Orlando. Subimos al avión, y al aterrizar resulta que nuestro avión fue el último vuelo que salió para Orlando y que los vuelos habían sido suspendidos en el aeropuerto de Miami y Orlando. La suerte estaba echada. Los nervios me carcomieron tal como lo relato en un sector de los comentarios de Infoviajera donde contaba los pormenores de mis miedos y todo lo que se te ocurra. No hicimos otra cosa que seguir nuestra vida lo más normal posible como fuese y fuimos a los parques que estaban vacíos a punto tal que ingresamos al juego de Avatar y los de Harry Potter sin ningún tipo de espera. Y después a comprar agua, pilas y quedarnos un día y medio en el hotel como nos decían las autoridades. Luego llegó Irma, pasó por la noche y la vida siguió.
Claramente no me había percatado de que iba en temporada de huracanes y claramente ese fue mi error. Y lo repito: mi error. Nunca se me ocurrió pedirle a nadie que me rescate `porque todos en la ciudad sufrían las consecuencias de un evento climático extremo; no era el único a quien socorrer. Afortunadamente cuando mi vuelo a Miami debía salir, lo hizo en horario. Recuerdo todavía caminar por el aeropuerto de Orlando hacia mi puerta de embarque y escuchar cómo iban anunciando vuelos que se iban cancelando uno a uno y temer por el nuestro, lo que finalmente no sucedió. Pero si hubiese sucedido, seguro hubiese puteado, pero contra la inclemencia y contra mi error de haber reservado el viaje en un septiembre en plena temporada de huracanes. Poco le podía yo decir a American Airlines cuando esta inclemencia había trastocado los planes de miles de personas. Imagino que en la desesperación alguno habrá querido volar a través del ojo del huracán y habrá pegado gritos contra la aerolínea por no hacerlo (increíblemente hay gente que delira de esa manera), pero no era mi caso. Insisto, no era yo el único en esa situación. Y si alguien me hubiese tendido la mano, no me hubiesen alcanzado las palabras para agradecérselo´ puesto que tantos otros hubiesen necesitado o merecido la misma ayuda que me dieron a mi. Pero bueno, ese soy yo, y aquí peco de tonto e inocente: no todos son como yo. Todavía hay muchos van a usar todo lo que conozcan para lograr lo que quieren y después ni van a agradecer. Doloroso debe ser eso para aquel que necesita ser alguien a través de ese reconocimiento. Para los que lo hacemos sin otra recompensa que saber que hicimos lo que creíamos correcto, es solo uno más.
Y ahora viene Qatar. E imagino: imbéciles tratando de ingresar ilegalmente alcohol en un país musulmán muy estricto en sus reglas, alguien que no entienda la rigidez de sus leyes y termine con problemas legales, que después van a pedir ayuda del estado argentino cuáles víctimas (de su propia imbecilidad). No comparto casi nada con las costumbres cataríes, pero yo, que hace diecisiete años comparto mi vida con mi pareja del mismo sexo, sería bastante irresponsable si se me ocurre andar besándome con él en público en Doha. Irresponsable, pero más pelotudo. Lo mismo si vas a Maldivas a una isla habitada que tiene las mismas exactas reglas. Hay que ser adulto, responsable, y para no exigir demasiado a algunos, mínimamente pensante (inteligente es quizás pedir mucho).
Ni que hablar del vivo, el pícaro y el ventajista, que tratan de sacar un beneficio más del obtenido, a través de una treta a veces no ilegal, pero si de dudosa ética. Disculpen si decido no vivir en una jungla. Y no me refiero a que la hagas o no, pero no te pongas en el papel de víctima cuando eso que hiciste fue al menos lejano a la ética si después no te sale. Si compraste una tarifa error por 200 dólares para dar vuelta al mundo en la Primera Clase de Etihad y te cancelan el vuelo porque fue obviamente un error, no andes tirando mierda a Etihad por haber hecho lo que quizás correspondía. O si a través de tu cuenta de millas te dedicás a vender pasajes y después desde el programa te cierran la cuenta por fraude a los términos y condiciones, no tires mierda cuando fuiste vos el que hizo las cosas mal en primer lugar. Y mucho menos, aproveches una promoción, emitas el pasaje y después quieras dar de baja el plan usando el botón de arrepentimiento para no seguir pagando cinco meses más. Pero eso se lo dejo a mi amigo Adrián, de Ratamundo, el más mejor de todos nosotros.
Muchos de estos garcas te van a querer convencer que vos solo no podés, que vos solo no vas a encontrar las tarifas que necesitás, porque ellos son unos eruditos, que lo único que hacen, a diferencia de Adrián y yo, es «ayudarte» para encajarte algo que les sirva. Lo dije en un tweet: Los garcas te quieren ignorante, porque así te pueden engañar y estafar. Pero vos sos absolutamente capaz de encontrar todo eso que te dicen sin pagarle un peso y sin correr peligros, que los hay y son muchos.
Si el garca quiere te puede dejar sin un mango: fácilmente emiten un pasaje con sus millas (o mismo un Viaje Fácil) te dan el código de reserva y luego, o no emiten el VF o cancelan el pasaje a un costo de 100 USD a valor oficial el tramo, y se quedan con tu plata, sus millas y ¿a quien le reclamás vos? O peor, te hagan crear una cuenta, te usen tu cuenta, tus millas hasta tus pagos y te terminen estafando con tus datos de pago. Hay que ser decente, pero lamentablemente estar alerta porque los indecentes abundan y se camuflan entre los buenos. ¿Cómo te das cuenta? Fácil, no lo van a hacer en público porque como lo que hacen es ilegal, te van a llevar a grupos privados para venderte sus servicios. Es así de simple, es así de obvio.
Mención aparte a los garcas de Mercomillas, otra variante más en este universo de delincuentes, que te compran las millas pero que necesitan entrar a tu cuenta para hacer uso de las mismas y corrés los mismos riesgos.
Por eso te recomiendo que aprendas vos a usar Smiles a través de este Manual de Usuario que escribí, como que también sos capaz de usar los demás programas. Porque los garcas te van a amenazar con que no hay lugar, te van a extorsionar con que ellos saben algo que vos nunca vas a saber y NO ES ASÍ. Todos descubrimos el programa gracias a alguien. Yo lo descubrí gracias a uno de los mejores descubrimientos en Twitter: Infoviajera, donde Pablo, JlCota y Cintia me ayudaron a entender el programa, y junto a otros compañeros de comentarios del blog nos ayudamos a entender más y más, y descubrir formas de sacar provecho del programa (y muchas otros programas y cosas), compañeros, por nombrar algunos, como Sonny, Magrimu, Luciano y el enorme Adrián, con quién tomamos la decisión, cada uno por su lado, de comenzar con estos blogs e intentar replicar lo que InfoViajera hizo con nosotros. Lo que quiero decir es que podés aprender y no depender de nadie que te busque los viajes ni los precios ni nada. Lo podés hacer vos. Sí, requiere tiempo y esfuerzo, pero al final vas a tener la tranquilidad de que no corrés ningún riesgo. Y en eso, te voy a ayudar siempre. Para eso está mi blog. Para que todos viajemos más y mejor por menos, para ayudarte a cumplir tus sueños que vos pensarás que son imposibles, y que seguro yo te voy a decir que hay una manera. De la misma manera que muchos conocieron Maldivas gracias a esta serie de posts, quiero que voz conozcas lo que parezca un sueño imposible. Pero siempre desde del lado de lo que yo considero correcto, HACIÉNDOSE CARGO de las decisiones, elecciones, actuaciones y todo lo que esté relacionado a tus viajes y vida. Entendiendo que, de la misma manera que vos te generás las posibilidade de hacerlo todo, muchas veces también te corresponde a vos la solución, No todo te lo deben resolver los otros ni todo es culpa del otro. A veces hay situaciones que exceden, y a veces hay situaciones que son consecuencia de tus elecciones, decisiones o actos.
Las millas y los viajes son juegos de adultos, pero hay que ser adultos responsables, conscientes, inteligentes y decentes. Porque quienes te venden que hay que ser todo lo contrario para sobrevivir en esta selva, es porque ellos no conocen otra manera de hacer o ser. El conocimiento te da independencia, la ética te quita cargos de conciencia, la inteligencia impide que cometas errores previsibles y la verdad siempre, pero siempre, libera. Yo (y estoy seguro que Adrián también), siempre de este lado de la vida. Y siempre a tu disposición en este espacio que hace años creamos para comunicarnos vos y yo, en el marco de la libertad que nos brinda elegir siempre la transparencia, honestidad y decencia.
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