En nuestro primer viaje a Helsinki nos habíamos quedado con las ganas de tomar el Ferry a Estonia para visitar su capital Tallinn por el día. Así que cuando planeamos la segunda visita a Finlandia para recorrer la Laponia, incluímos como imprescindible esta ciudad (todo sobre el viaje en Ferry desde Helsinki lo podés encontrar en este post). Con un casco histórico magníficamente preservado, se reveló ante nosotros como una ciudad sorprendentemente bella y muy fácil de recorrer, razón por la que es un destino fijo en los cruceros por el Báltico. He aquí entonces mis recomendaciones:

1- UBER es muy barato y legal:
En Estonia UBER está regulado y es muy barato: en ninguno de los trayectos que hicimos pagamos más de 2 Euros. Es cierto que el transporte público es muy barato, pero para quienes vamos por el día, UBER nos facilitó mucho las cosas. De todas maneras las distancias son cortas y se trata de una ciudad muy segura, así que se puede caminar tranquilamente si vas con más tiempo.
2- Perderse por las calles del Centro Histórico:



Como fuimos por el día nos dedicamos a caminar y deambular sin rumbo por sus calles. Su centro histórico es el mejor preservado de los países Bálticos y Escandinavos, y parece sacado de un cuento de hadas.
3- Plaza del Ayutamiento o Raekoja Plats:


Todas las casas típicas se transformaron en restaurantes y bares en los que los precios son muy elevados. Allí destaca el edificio del Ayutamiento o Tallinna Rackoda, que es el único ayuntamiento de estilo gótico que ha sobrevivido intacto en toda Europa.Una curiosidad es observar en el tejado, podemos observar las tuberías en forma de dragones que expulsan el agua de lluvia.
4- Visitar La Farmacia Más Antigua de Europa:


Justo en frente de la Plaza del Ayuntamiento, se encuentra la Farmacia de Raeapteek, la que los estonios aseguran es la más antigua de Europa en funcionamiento. Dentro de ella hay un pequeño museo explicativo con animales disecados, pócimas que se usaban en la antigüedad y utensilios de trabajo de lo más llamativos.
5- Subirte a la Muralla que rodea la Ciudad Vieja:



Cuesta apenas 2 Euros la entrada y una vez arriba, se puede caminar por ella y desde su torre se obtienen preciosas vistas del centro histórico y también de la ciudad nueva.
6- Viajar en el tiempo en el Pasaje de Santa Catalina:




Este pasaje Medieval une las calles de Vene y Müürivahe. En el mismo se encuentra el Patio de los Artesanos y negocios de los maestros Estonios del Vidrio. De noche está preciosamente iluminado.
7- La Iglesia de San Olaf, y subirte a su Torre:

Caminando por la calle Pirkk, que atraviesa el centro histórico, te encontrás con la Iglesia de San Olaf, cuya torre actualmente mide 124 metros de altura y que en la antigúedad llegó a medir 159 metros y fue considerada la torre más alta del mundo. La torre está abierta en verano y se puede subir por unas claustrofóbicas escaleras para obtener la mejor vista de la ciudad vieja.
8- Subir a la Colina de Troompea:


En el camino hacia esta colina atravesarás angostas y empinadas calles que te conducirán a este barrio en lo alto de la colina, donde encontrarás la Iglesia de Alexander Nevsky, con su estilo de cúpulas cebolla, propios de las Iglesias ortodoxas rusas.
9- Encontrar los Miradores:

En la Colina de Troompea, hallarás el Mirador de Patkuli, uno de los mejores de la ciudad. Imperdible. De todas maneras, caminando por esta zona hallarás un par de miradores más. Un dato a tener en cuenta que en la zona del mirador de Patkili encontrarás tiendas de souvenirs con baños gratuitos, que nunca vienen mal.
10- Jardines del Rey Danés:


En tu camino a la colina de Troompea atravesarás los Jardines del Rey Danés, justo antes de atravesar las murallas que te separan de la Iglesia de Alexander Nevsky. Allí encontrarás las enigmáticas, intimidantes y muy fotografiadas estatuas de monjes que la adornan.
11- Probá los Sabores de Estonia:

En este caso destaco dos productos que me volaron la cabeza: El Vana Tallinn, un licor a base de ron, citrus, vainilla y canela que es una delicia. Particularmente entre sus variedades me quedo con el Vana Tallinn Cream Marzipan, que como lo dice su nombre une los sabores mencionados con crema de almendras. Una locura.

Otro sabor a probar son los chocolates Kalev, en especial las grandes barras de chocolate con fruta. Recomiendo fuertemente los Kalev blancos con crocante de arroz y arándanos. Simplemente impresionantes.