Japón es multifacética, con innumerables cosas para hacer, conocer y recorrer; es un destino donde todo lo que vas a hacer lo hagas de manera frenética. Va a depender de los gustos personales, pero aquí van algunas sugerencias de cosas o situaciones que no son atractivos turísticos en sí mismos, pero que si ayudan a entender la cotidianeidad japonesa y la enorme diferencia cultural que existe con lo que conocemos en occidente. Experiencias que quizás no son tan obvias, pero que considero absolutamente necesarias si tenés la suerte de viajar a Japón.
1- Explorar el mundo subterráneo
Japón posee un territorio pequeño para tanta cantidad de habitantes. Por ello es que en paralelo a las ciudades en la superficie, existen ciudades gigantescas por debajo, pasillos llenos de negocios, restaurantes, supermercados, tiendas de Uniqlo, y lo que se te ocurra, en el mundo subterráneo. Otro detalle muy interesante además del hecho de que podés caminar por horas y recorrer íntegramente las ciudades por debajo, es que en muchas partes, estos Malls subterráneos llegan a cuatro pisos por debajo de las superficie, sin sensación de claustrofobia. Realmente increíble.
2- Probar las exóticas delicias (o no tan delicias)
Anko, dulce de porotos rojos japonés.[/caption]
La gastronomía Japonesa es peculiar, diferente a todo. Con ingredientes diferentes y combinaciones de sabores impensadas, la cocina nipona, y sobre todo su pastelería y repostería, merecen ser probadas. Pueden no gustar, pero tenés que intentarlo. Los sabores típicos incluyen el ANKO o dulce de porotos rojos, el té verde, el Matchá (una versión mas elevada y costosa del té verde), masas a base de arroz, Tofu, fideos de arroz, o el Senbei, una galleta de arroz salada que se sirve incluso envuelta en alga nori: una extraña delicia, más si se la acompaña con una exótica y deliciosa bebida, como la SKAL, que no es otra cosa que una gaseosa en base a leche descremada. Si sos temerario, Japón es el país para vos.

Desayuno Japonés de Degustación en el Morinoyado Inn, Miyajima, Hiroshima.[/caption]
De todas maneras, tengo bien claro cual es mi favorito: el Momjii Manjuu, una especie de bizcochuelo cocinado al vapor con forma de hoja de arce, que puede estar relleno con dulce de porotos rojos, crema pastelera, matchá o chocolate, que literalmente se sienten como una nube en la boca. También unos extraños snacks dulces de alga nori con semillas que saben muy bien. Ah, y es casi obligatorio probar la maravillosa cocina callejera en Japón. Muy sabrosa y a precios accesibles. En este contexto, no olvidar visitar el Mercado de Pescado de Tokio, sobre el cual me explayo más en el post de la capital nipona.
Momjii Manjuu, dulce otoñal típico de Hiroshima.[/caption]
3- Ceremonia del Té

Las ceremonias o ritos son parte fundamental de la vida en Japón, y las ceremonia del Té es una de ellas. Nosotros fuimos a dos en Japón, ambas en Kyoto, y una en Seúl, en Corea del Sur. Las de Kyoto las tuvimos en el parque del templo Kinkaku-ji, la Pagoda Dorada, y la segunda en el Kyomizu Dera. El té es Matchá, delicioso a mi gusto, y siempre lo acompañan con alguna masa especial. El hecho de descalzarse, sentarse en el suelo, disfrutar de la ceremonia y tomar el té en un silencio casi mágico apreciando la maravilla del paisajismo Japonés vale la experiencia.
4- Viajar en Tren Bala

Japón es el pionero de los trenes rápidos y posee una red de trenes maravillosos que comunican al país en apenas horas. La perfección, sincronización, limpieza y modernidad de los trenes como así de las estaciones ferroviarias Japonesas son una atracción en sí mismas. Explico la importancia de comprar el JR Pass para aprovechar esta extensa ruta ferroviaria en este post. Pero no solo los viajes en sí son hermosos para vivenciar, sino que también visitar las magníficas estaciones fque son auténticas ciudades, tal el caso de las estaciones de Tokio y Kyoto, constituyen imprescindibles a la hora de recorrer Japón.
5- Onsen o Baños públicos
Interior del Onsen Jakotsuyu en Asakusa, Tokyo.
Los Onsen son baños públicos de aguas a diferentes temperaturas (en general de pasás de sentir que te están hirviendo como una rana a otra de agua demasiado caliente y eventualmente una pileta de agua helada). Es muy ritual, de silencio, y muy tradicional entre los japoneses. Pero héte aquí un problema que son los tatuajes. Son pocos los onsen que aceptan personas con tatuajes en sus instalaciones. Los tatuajes son para los japoneses símbolos de la Yakuza, la famosa mafia japonesa, por lo cual están muy mal vistos. En todo caso, si tenés tatuaje pequeño, se pueden tapar con unos stickers color piel (vienen en distintas tonalidades) que se adhieren a la piel y listo. Ahora si tenés tatuajes grandes o varios tatuajes, en Tokio hay un muy buen Onsen en Asakusa llamado Jakotsuyu donde eso no es un tema y se puede disfrutar de esta hermosa experiencia. Más detalles sobre ello brindaré en un futuro post.
6- Dormir en un Ryokan (Alojamiento Tradicional) 
El Ryokan es la experiencia más japonesa tradicional a la hora de vivir y dormir. Tenés alojamientos totalmente tradicionales, pero si no te convence la idea de una experiencia total, muchos hoteles poseen ambas posibilidades de habitaciones, occidental o Ryokan, en el marco de un alojamiento más conocido a uno. En nuestro caso lo hicimos en el Morinoyado Inn de la isla santuario de Miyajima, en un hotel donde además degustamos una cena y desayuno japoneses de sabores únicos, que personalmente me gustaron muchísimo. Contrario a lo que pensaba, los Tatami donde dormimos resultaron ser extremadamente cómodos y es una experiencia que jamás voy a poder olvidar. A favor de esta modalidad, es que muchas veces el Ryokan en un alojamiento tradicional es notoriamente más barato que un hotel tradicional.
7- Conocer (¿y jugar?) en un Pachinko
El Pachinko es un juego que en algún punto se parece a un tragamonedas, a un flpper y a un juego Arcade. Es una obsesión japonesa que mueve más de 20 mil millones de dólares al año. Se trata de un juego importado de Chicago en 1920 y que tras la segunda guerra mundial ganó en popularidad. El jugar por dinero (al igual que la prostitución), es ilegal en Japón, pero hecha la ley, hecha la trampa. En caso de ganar dinero, se cobra en otro edificio a través de un voucher que luego se cambia por yenes, o bien, si no vas a un local enorme de Pachinko, te vas a otros establecimientos, donde en vez de cambiarlo por dinero, las ganancias se canjean por productos. Se juegan con pelotitas de metal y el valor de cada una, dependiendo el local, va de 1 a 4 yenes (la cotización del Yen es de aproximadamente 100 yens = 1 USD). De todas maneras, mas allá de jugar, lo llamativo es el ambiente, extremadamente ruidoso, lleno de luces y de gente a cualquier hora del día.
8- Entrar a los Negocios de Electrónica (y sorprenderse con los artefactos más bizarros)
Las grandes tiendas de electrodomésticos en Japón venden mucho más que eso. Por ejemplo, Yodobashi es una tienda gigantesca que vende absolutamente de todo: desde comestibles, pasando por todo lo necesario para tu maqueta de trenes a escala, juguetes hasta todo lo que se te ocurra para tu Cámara de Fotos y los electrodomésticos señalado. Vas a encontrar secadores de vajilla con la forma de un secador común, asientos de inodoro inteligentes, centrifugadores de verduras que parecen secarropas y arroceras de todo color, tipo y precio. Un universo inimaginable de productos para quienes vivimos del otro lado del mundo.
