A la Izquierda el edificio del Centro Pilke, a la derecha, ingreso a Museo Arktikum.
Salimos del hotel a la gris Rovaniemi, que a su frío lo acompañaba de una levemente incómoda llovizna. Ingresamos a algunos negocios en el camino, hasta, tras caminar unas cuadras, llegar a nuestro destino de ese día: el Centro de Ciencias Pilke y el Museo Arktikum, este último objeto de nuestro principal interés. Los precios para entrar al Arktikum eran de 13 Euros por persona y por 15 Euros ingresábamos a ambos, por lo que nos decidimos por esa opción. Toda la información sobre el Centro Pilke en este link, y sobre el Arktikum en este otro enlace. Cabe aclarar que para adquirir los dos ingresos por 15 Euros hay que hacer dicha compra en el Centro Pilke.
Centro de Ciencias Pilke
Interior del Centro de Ciencias Pilke
El Centro de Ciencias Pilke es un centro interactivo para gente de todas las edades en el cual se enseña y muestra a través de juegos interactivos el proceso del uso sostenible de la madera de los bosques nórdicos. Pequeño, bien diseñado, divertido e interesante. Transcurrimos entre los juegos aproximadamente 45 minutos y nos retiramos por la salida que nos conectaba directamente con la entrada al Arktikum.
Arktikum: El Museo Para Quien No Gusta de Museos
Interior del Museo Arktikum.
El Arktikum es, tal lo sugiere el nombre, es el museo, centro de ciencias y centro de conferencias, donde se puede aprender sobre todo lo referente al Ártico. Un museo atípico, con mucha interactividad y que sentimos nos enseñó muchísimo sobre esta región. Cuenta con exhibiciones permanentes y temporales, y un sector específicamente dedicado a las Auroras Boreales, donde incluso nos podemos acostar en unos almohadones y ver en la pantalla del techo una recreación en video de las Auroras Boreales. Para ver el video, solo clickeá aquí.Como dirían en España, una pasada.
Vista de las Auroras Bpreales desde Arktikum. Foto: Wikimedia Commons
Precisamente, el Arktikum cuenta como característica arquitectónica principal, una larga galería semicircular vidriada que desemboca en la orilla del río Ounasjoki. Precisamente en el Arctic Garden, tal como se llama al Jardín que rodea la galería del Arktikum en la orilla del río, se encuentra el mejor Spot para ver las Auroras Boreales en Rovaniemi. Esto se da porque alrededor de la galería hay una relativamente baja polución lumínica, lo que permitiría ver las auroras. Y lo mejor, a una caminata de solo 10 minutos desde el centro.
En el Artikum aprendemos de fauna, flora, del proceso de formación de las Auroras Boreales, pasando por el cambio climático global y otras amenazas ecológicas que afectan al ártico, con especial énfasis en los pueblos que habitan la región, y en particularl los Sami, el último pueblo aborigen de Europa y cuyos miembros viven en la Laponia. Llama la atención la recreación de una confitería de una estación de servicio en la laponia finlandesa, por su importancia en la vida e historia reciente de la región. Todo de manera amena e interactiva. Altamente recomendable si estás en Rovaniemi.
Me pareció tan interesante que comparto a continuación una Galería de Fotos para quienes quieran conocer un poco más del Arktikum.
Tras ello, nos dirigimos al hotel donde cumpliríamos con nuestra rutina por última vez: visitar el sauna, para posteriormente ir a la habitación para descansar. Al otro día dejábamos Rovaniemi con destino final en la enigmática Kiruna, la ciudad más septentrional de Suecia, y hacia donde llegaríamos en una larga combinacion de trenes y buses. Viajar por la Laponia en transporte público es ciertamente más difícil que hacerlo en auto por cuenta propia, pero no imposible y menos atractivo. Finalizaban nuestros días en Finlandia, pero con la íntima certeza de que al país del Suomi, Korvapusti, pasteles de karelia y los saunas en todas las formas, seguramente habremos de volver.
Nos levantamos temprano por la mañana. A eso de las 8 de la mañana bajamos a disfrutar uno de los grandes placeres que me inspiran a volver una y otra vez a Escandinavia: el desayuno. Repleto de arenques bajo todo tipo de preparaciones, variedad de panadería, platos calientes y una llamativa y atrayente cantidad de opciones para veganos, intolerantes a la lactosa, celíacos y cualquier tipo de elección o limitación alimenticia. El desayunador ubicado en el lobby del hotel era silencioso, como todo en las tierras del norte, y acentuado ese silencio aún más en la Laponia. Una cálida quietud que acompañaba la ingesta de calorías necesaria para enfrentar el frío, que si bien era mucho menor a lo esperado, se hacía sentir.
Desayunando en Laponia
Salimos del hotel con destino a la parada del Bus Expreso a la Santa Claus Village, sin dudas el mayor atractivo turístico de Rovaniemi. Cuando subimos al bus, el mismo estaba vacío, pero a medida que nos acercábamos al destino se fue llenando con una amplia mayoría de turistas españoles con sus hijos. Para ir a la Santa Claus Village se puede tomar tanto el Santa’s Express Bus o Bus Nº 8 en dirección al Circulo Ártico. Los horarios para el Santa`s Express los encontrás en este linky el precio es de 3,50 euros por tramo o 6,60 euros ida y vuelta, para los adultos. Para los menores de 4 a 14 años, el precio es de 1,80 el tramo o 3,60 ida y vuelta. En tanto que los horarios del Bus Nº 8 se encuentran en este enlace, y el precio es de 3,50 euros el tramo para adultos y 1,80 euros para menores. También existe para este último bus la posibilidad de comprar un Day Ticket por 8,80 euros por adulto y 4,50 euros por menor.
Al cabo de menos de 30 minutos, arribamos finalmente a la Santa Claus Village. Lo primero que encontramos al ingresar fue la Oficina de Información Turística del Circulo Ártico. Lo más llamativo es que la oficina y el Hall de Recepción, en donde hay varios locales de souvenirs y algunos lugares para comer o tomar algo, se encuentran atravesados por una línea pintada en el piso que marca que estamos cruzando el paralelo y estamos ingresando efectivamente al Círculo Polar Ártico. De hecho, en la Oficina de Información te entregan un Certificado de que cruzaste al Ártico a cambio de 5 euros, si mal no recuerdo.
Ya dentro del parque, sin realmente saber que esperar, nos dirigimos a la oficina de Santa Claus, para encontrarnos con el personaje que acompañó nuestras infancias y que nunca deja de ser ese lazo con el niño dentro de uno; esa inocencia que no he de perder y que me arraiga a los placeres más puros de mi vida y existencia.
Al entrar a la oficina, con una cándida simpatía las mujeres que atendían nos entregan unas enormes bolsas rojas reutilizables con un gran dibujo de Santa Claus donde guardar nuestros abrigos y demás elementos para que nuestro encuentro con Santa fuese más cómodo y rápido. «Las bolsas se las pueden llevar como un souvenir», nos aclaran. Comenzamos entonces a caminar por unos largos pasillos, decorados con todo tipo de artefactos referentes a Santa Claus, que imaginamos en fechas cercanas a la navidad deben de estar llenos con filas interminables de niños y no tanto, ansiosos de conocer a Santa.
Llegamos entonces a la puerta. Sólo había antes nuestro un grupo de cuatro turistas asiáticos, así que nuestra espera fue corta, y eventualmente ingresamos. Dejamos las bolsas a un costado, y nos dirigimos hacia el set donde se encontraba Santa Claus. Y por un momento nos permitimos creer que estábamos con Santa. Amable, con una gran barba platinada, ojos celestes cristalinos y un atuendo en el que destacaban sus largas medias rayadas, le hice entrega de las cartas que traía yo desde Salta. Antes de partir hacia la Laponia les dije a mis amigos y familiares que avisen a sus niños que si lo deseaban, podían darme las cartas para que yo personalmente se las entregue a Santa. Lo cual así sucedió. Un encuentro que duró apenas un par de minutos que sirvió para que grabasen un video y sacasen un par de fotos. Cabe remarcar que la entrada al parque es gratuita, pero una foto impresa con Santa Claus cuesta 32 euros, y el combo de las dos fotos digitales más el video con Santa Claus cuesta alrededor de 40 euros. Nada económico, lo sé…
Tras salir por el Gift Shop de la Oficina de Santa Claus, nos colocamos las grampas en las botas y caminamos por el parque.El día anterior habíamos sufrido con el hielo en Ranua, y si bien a lo largo y ancho del parque todo el piso estaba cubierto de hielo, esta vez habíamos venido preparados. La noche anterior, en el Class Ohlson del Rinteenkulma Shopping Center ubicado al frente del hotel, compramos unas grampas adaptables a cualquier calzado que nos permitieron caminar por el parque con total tranquilidad. Vienen en varios tamaños y colores, e incluso existen las versiones más caras para correr en hielo y las más pequeñas, que sirven para zapatos de mujer con tacones. Su precio fue de 12 Euros, y valieron cada centavo.
Ya con las grampas en nuestras botas paseamos por el parque hasta arribar a un pequeño circuito donde estaban los trineos tirados por renos. En 2018 Finlandia y la Laponia tuvieron uno de los otoños e inviernos con menos nieve en mucho tiempo. Aún así, en ese circuito había nieve suficiente para poder acostarnos en los enormes trineos, cubiertos por una manta que presumimos era de piel de reno, y dar una vuelta al circuito por entre medio de árboles y flora de la Laponia. Una de esas cosas que creo jamás imaginé experimentar.
Ya en nuestro camino de retirada del Village, escuchamos un diálogo entre una de las jóvenes del Centro de Visitantes con un turista sobre unos tours para ver Auroras Boreales. Lo que alcanzamos a oír fue que esa noche habían grandes chances de observarlas puesto que se pronosticaban cielos despejados. Siendo las Auroras uno de los atractivos más importantes de un viaje por estos lares en otoño e invierno, todo dato servía. Fue entonces que, con esa idea en mente, emprendimos el regreso hacia Rovaniemi, a fin de pasear por la ciudad y planificar lo que sería una de las primeras noches inolvidables de esta travesía.
Islandia fue por mucho tiempo un destino inalcanzable, exótico y fuera del radar. Ahora, gracias a la globalización, la música de Björk y Sigur Ros entre otros, los pasajes baratos a Reikiavik y Game of Thrones, se transformó en uno de los destinos imprescindibles de quién ama viajar. Un lugar bello, diferente a todo y remoto, de un verde que no se condice con su latitud y de un frío menor a lo que sus coordinadas supondrían. Un destino para el cual hay que ir preparados, para poder sacar provecho de nuestra estadía allí.
Llegando a Islandia
A Islandia vuelan hoy muchas aerolíneas, pero es especialmente el HUB de WOW Air, la aerolínea de bajo coste islandesa que usa al Aeropuerto Internacional como nexo entre sus vuelos provenientes de Europa y de Estados Unidos. Misma situación con Iceland Air, subsidiaria del grupo SAS, que ofrece al igual que su contraparte low cost, stop over gratis en Reikiavik en cualquier viaje hacia y desde Estados Unidos. De ahí la enorme cantidad de gente que circula por un aeropuerto tan remoto. Un Aeropuerto que no se encuentra en la capital (el aeropuerto de Reikiavik se usa para vuelos domésticos y los vuelos de Air Iceland a Groenlandia) sino en Keflavik, una ciudad que se encuentra a 50 kilómetros o 45 minutos de distancia de la capital en bus o auto. Es un Aeropuerto caótico que quedó chico para la cantidad de pasajeros que recibe diariamente. Y cuando digo chico, es mejor decir muy chico.
Del Aeropuerto a la Ciudad: FlyBus, cuando lo barato es aún caro.
Para llegar hasta Reikiavik, la forma más recomendable sino manejás y no retirás auto en el Aeropuerto, es las del FlyBus, un bus que te deja en diversas paradas por el centro de la ciudad en las cercanías de los hoteles. Reikiavik es una ciudad de 200 mil habitantes, por lo que nunca vas a estar muy lejos. El precio de un pasaje ida y vuelta desde el aeropuerto es de 7 mil coronas islandesas, algo así como 60 USD. No es barato, pero no querrías saber lo que te puede costar un taxi. De todas maneras, andá acostumbrándote: nada es barato en Islandia. Pero que no te quepa la duda que vale la pena cada centavo.
En nuestro caso arribamos a Keflavik a las 1:30 AM en un vuelo de Icelandair proveniente de Estocolmo, y si bien en la página del FlyBus dice que el último bus sale a las 23, siempre tienen un bus tras cada vuelo que arriba, así que por más que el sistema no te permita elegir el horario, cuando cargues tu número de vuelo vas a poder tener tu ida a Reikiavik garantizada. Para más información, este es el enlace a la web de FlyBus.
¿Aeropuerto o Supermercado de bebidas alcohólicas?
Tienda Duty Free del Aeropuerto de Keflavik, Islandia.
Una característica que nos llamó la atención del Aeropuerto de Keflavik fue su gigantesco Duty Free Shop, con muchísimas cajas y con filas para pagar eternas. ¿La razón? En Islandia, al igual que los demás países escandinavos, el estado tiene el monopolio de la venta del alcohol, a excepción de cervezas de graduación alcohólica no mayor a 3,5 % que son de venta libre. Sólo se venden bebidas alcohólicas, desde cervezas comunes a bebidas espirituosas, licores o vinos en la tienda estatal, en el caso de Islandia la Vinbudin, a fin de racionalizar el consumo. En los países del norte de Europa, sea por cuestiones climáticas, de poca luz natural en invierno o una cuestión cultural, el alcoholismo alcanzó niveles tan altos que el estado intervino para frenar el problema. No solamente interviene en su distribución limitada a una cantidad determinada por persona por semana o mes, sino que además les agrega una carga impositiva que provoca que los precios de las bebidas sean en extremo caras. Caras incluso para el presupuesto islandés. Por esa razón es que los islandeses se desquitan en el aeropuerto al regresar, donde compran por menor precio y además sin afectar su límite para comprar en Vinbudin.
Por ello, si pretendés tomar alguna bebida en el viaje, en el hotel o para acompañar cualquier cosa que compres para comer en Reikiavik, aprovechá el momento en el que todo el mundo retire el equipaje y comprate tu o tus packs de cerveza o bebida de tu preferencia antes de salir del aeropuerto. Tu bolsillo lo va a agradecer.
No hay mal tiempo, sólo hay mala ropa
Islandia tiene un microclima muy especial. Es extremadamente verde para su ubicación en las cercanías del Círculo Polar Ártico, y no es tan frío como la Laponia o el norte de Rusia o Canadá. Pero que no te engañe, es frío, y sobre todas las cosas, es muy húmedo y ventoso, lo que lleva la sensación térmica a varios grados por debajo de lo que índica el termómetro. Por ello, es primordial llevar prendas que sean resistentes al agua o Waterproof. Obviamente si vas en verano no vas a tener que ir armado como para una expedición polar; la vestimenta va a depender siempre de la época del año en la que vayas, pero créeme que nunca te vas a estar muriendo del calor. El clima en Islandia es impredecible, cambia de un momento a otro, y siempre tenés que estar preparado para la lluvia y para un empeoramiento de las condiciones climáticas. Calzado impermeable, pantalón de lluvia y un abrigo también resistente al agua son imprescindibles en Islandia.
Y para todo lo demás, está BONUS
Islandia no es caro, es carísimo. Tan caro, que cuando llegué a Oslo desde Reikiavik, Noruega me pareció hasta barato, cuando claramente no lo es. La primer y más importante recomendación que te puedo dar es que compres solamente en los Supermercados Bonus, fácilmente identificables por el chanchito rosa del logo.
Hay muchísimos locales y todos tienen horarios de apertura y cierres diferentes. En general los negocios abren a las 10, algunos a las 11, y cierran a las 17 o 18 a más tardar. La diferencia de precios entre el Bonus y demás lugares es muy grande. Así que víveres, sólo comprar en Bonus. Respecto a souvenirs y demás hay muchas tiendas que cierran más tarde y en la que encontrarás algún que otro ítem para regalar. Nunca barato, eso sí.
¿Qué hacer en Islandia? ¿Cómo hacerlo?
Catarata de Gullfoss, Islandia.
Hay infinitas cosas para hacer y recorrer, y el cómo hacerlo va a depender del tipo de viajero que seas. Sí sos de alquilar autos, es el viaje para vos. Eso sí, debés saber manejar con cadenas y estás un poco a merced del tiempo si no vas en verano. Muchas veces las rutas se cierran por el viento o mal clima. Pero aun así recorrer la Ring Road, una ruta que rodea a Islandia dicen que es un viaje inolvidable y unas de la mejores experiencias de Road Trip que existen. Especifico dicen porque yo no manejo.
Secret Lagoon, Islandia.
Si mi caso es el tuyo, ni te pongas a buscar buses o trenes o lo que fuera que te lleven a los lugares de interés, llámese cascadas, geysers, ciudades, piletas naturales, etcétera. Los pasajes son caros, toman mucho tiempo y resultan muy imprácticos. Ya sea que quieras recorrer el Círculo Dorado, hacer un circuito por el sur o ir a la Blue Lagoon, la mejor manera es contratar una excursión que te lleve a varias de esas atracciones. De hecho, muchas excursiones que recorren el Círculo Dorado te llevan a la Blue Lagoon o a la Secret Lagoon, por ejemplo. Si no conducís o rentás un auto, es la única opción.
Dinero
En Islandia se usa una moneda propia, la Corona Islandesa o ISK. 1 Dólar equivalen a 120 ISK. En mis días en Islandia jamás ví una corona, ya que al igual que el resto de los países escandinavos, el uso de moneda física es muy raro. Todo se puede pagar con tarjeta.
Idioma
Si hablás inglés no vas a tener problema. Otra constante de los países escandinavos que se cumple en Islandia es que todos hablan inglés. Así que a diferencia de otros lugares, aquí con inglés vas a estar perfecto. Y sino, Google Translate sumado a la buena predisposición de los islandeses.
¿El país más seguro del mundo?
No se sí será así, pero cerca debe estar. En Islandia casi no se cometen crímenes, los riesgos de carteristas me atrevería a decir que son nulos. De hecho, para ilustrar la situación, solo cabe recordar que este pequeño país de apenas 300 mil habitantes registra un promedio de 1,8 asesinatos al año y de hecho hay años en los que no se registra ninguno. El último caso de una chica asesinada a manos de unos marineros de Groenlandia en Enero de 2017 conmocionó a la sociedad islandesa por lo inusual del crimen y sus características. Cuan seguro será el país, que en 2013 la policía islandesa disparó y abatió a una persona por primera vez en su historia; una situación tan traumática que los agentes involucrados precisaron de atención psicológica por lo inaudita de la situación. Y un ejemplo más pintoresco de esto, es el famoso portón de rejas en calle Laugavegur, calle principal de Reikiavik, conocida como Single Gloves. Es un simple portón de rejas donde la gente deja los guantes solitarios que encuentran en la calle para que su dueño sepa dónde encontrar el par en caso de haberlo perdido. Una costumbre que se extiende a todos los demás items de ropa: si perdiste una bufanda, una campera, un pasamontañas, no desesperes; volvé sobre tus pasos que seguramente algún transeúnte lo colocó sobre un hidrante, poste, reja, para que lo puedas encontrar. Increíble, si, tanto que lo recuerdo y sigo sin poder creerlo.