Etiqueta: Artico

  • Crónicas Laponas Nº 5: ARKTIKUM, Un Museo Interactivo y desde dónde ver Auroras Boreales

    Crónicas Laponas Nº 5: ARKTIKUM, Un Museo Interactivo y desde dónde ver Auroras Boreales

    Nuestro tercer y último día en Rovaniemi fue diferente, muy diferente en muchos aspectos. Habiendo arribado a nuestro hotel cerca de las 3 de la mañana tras nuestra primera aproximación a las Auroras Boreales, cómo nunca antes, nos levantamos a desayunar y regresamos a la habitación a dormir hasta cerca del mediodía. Estábamos muy cansados y nos permitimos esa licencia. Ya no tenemos 20 años…

    A la Izquierda el edificio del Centro Pilke, a la derecha, ingreso a Museo Arktikum.

    Salimos del hotel a la gris Rovaniemi, que a su frío lo acompañaba de una levemente incómoda llovizna. Ingresamos a algunos negocios en el camino, hasta, tras caminar unas cuadras, llegar a nuestro destino de ese día: el Centro de Ciencias Pilke y el Museo Arktikum, este último objeto de nuestro principal interés. Los precios para entrar al Arktikum eran de 13 Euros por persona y por 15 Euros ingresábamos a ambos, por lo que nos decidimos por esa opción. Toda la información sobre el Centro Pilke en este link, y sobre el Arktikum en este otro enlace. Cabe aclarar que para adquirir los dos ingresos por 15 Euros hay que hacer dicha compra en el Centro Pilke.

    Centro de Ciencias Pilke

    Interior del Centro de Ciencias Pilke

    El Centro de Ciencias Pilke es un centro interactivo para gente de todas las edades en el cual se enseña y muestra a través de juegos interactivos el proceso del uso sostenible de la madera de los bosques nórdicos. Pequeño, bien diseñado, divertido e interesante. Transcurrimos entre los juegos aproximadamente 45 minutos y nos retiramos por la salida que nos conectaba directamente con la entrada al Arktikum.

    Arktikum: El Museo Para Quien No Gusta de Museos

    Interior del Museo Arktikum.

    El Arktikum es, tal lo sugiere el nombre, es el museo, centro de ciencias y centro de conferencias, donde se puede aprender sobre todo lo referente al Ártico. Un museo atípico, con mucha interactividad y que sentimos nos enseñó muchísimo sobre esta región. Cuenta con exhibiciones permanentes y temporales, y un sector específicamente dedicado a las Auroras Boreales, donde incluso nos podemos acostar en unos almohadones y ver en la pantalla del techo una recreación en video de las Auroras Boreales. Para ver el video, solo clickeá aquí.Como dirían en España, una pasada.

    Vista de las Auroras Bpreales desde Arktikum. Foto: Wikimedia Commons

    Precisamente, el Arktikum cuenta como característica arquitectónica principal, una larga galería semicircular vidriada que desemboca en la orilla del río Ounasjoki. Precisamente en el Arctic Garden, tal como se llama al Jardín que rodea la galería del Arktikum en la orilla del río, se encuentra el mejor Spot para ver las Auroras Boreales en Rovaniemi. Esto se da porque alrededor de la galería hay una relativamente baja polución lumínica, lo que permitiría ver las auroras. Y lo mejor, a una caminata de solo 10 minutos desde el centro.

     

    En el Artikum aprendemos de fauna, flora, del proceso de formación de las Auroras Boreales, pasando por el cambio climático global y otras amenazas ecológicas que afectan al ártico, con especial énfasis en los pueblos que habitan la región, y en particularl los Sami, el último pueblo aborigen de Europa y cuyos miembros viven en la Laponia. Llama la atención la recreación de una confitería de una estación de servicio en la laponia finlandesa, por su importancia en la vida e historia reciente de la región. Todo de manera amena e interactiva. Altamente recomendable si estás en Rovaniemi.

    Me pareció tan interesante que comparto a continuación una Galería de Fotos para quienes quieran conocer un poco más del Arktikum.

    Tras ello, nos dirigimos al hotel donde cumpliríamos con nuestra rutina por última vez: visitar el sauna, para posteriormente ir a la habitación para descansar. Al otro día dejábamos Rovaniemi con destino final en la enigmática Kiruna, la ciudad más septentrional de Suecia, y hacia donde llegaríamos en una larga combinacion de trenes y buses. Viajar por la Laponia en transporte público es ciertamente más difícil que hacerlo en auto por cuenta propia, pero no imposible y menos atractivo. Finalizaban nuestros días en Finlandia, pero con la íntima certeza de que al país del Suomi, Korvapusti, pasteles de karelia y los saunas en todas las formas, seguramente habremos de volver.

  • Crónicas Laponas Nº 3: Visitando a Santa Claus (con grampas para hielo)

    Crónicas Laponas Nº 3: Visitando a Santa Claus (con grampas para hielo)

    Nos levantamos temprano por la mañana. A eso de las 8 de la mañana bajamos a disfrutar uno de los grandes placeres que me inspiran a volver una y otra vez a Escandinavia: el desayuno. Repleto de arenques bajo todo tipo de preparaciones, variedad de panadería, platos calientes y una llamativa y atrayente cantidad de opciones para veganos, intolerantes a la lactosa, celíacos y cualquier tipo de elección o limitación alimenticia. El desayunador ubicado en el lobby del hotel era silencioso, como todo en las tierras del norte, y acentuado ese silencio aún más en la Laponia. Una cálida quietud que acompañaba la ingesta de calorías necesaria para enfrentar el frío, que si bien era mucho menor a lo esperado, se hacía sentir.

    Salimos del hotel con destino a la parada del Bus Expreso a la Santa Claus Village, sin dudas el mayor atractivo turístico de Rovaniemi. Cuando subimos al bus, el mismo estaba vacío, pero a medida que nos acercábamos al destino se fue llenando con una amplia mayoría de turistas españoles con sus hijos. Para ir a la Santa Claus Village se puede tomar tanto el Santa’s Express Bus o Bus Nº 8 en dirección al Circulo Ártico. Los horarios para el Santa`s Express los encontrás en este link y el precio es de 3,50 euros por tramo o 6,60 euros ida y vuelta, para los adultos. Para los menores de 4 a 14 años, el precio es de 1,80 el tramo o 3,60 ida y vuelta. En tanto que los horarios del Bus Nº 8 se encuentran en este enlace, y el precio es de 3,50 euros el tramo para adultos y 1,80 euros para menores. También existe para este último bus la posibilidad de comprar un Day Ticket por 8,80 euros por adulto y 4,50 euros por menor.

    Al cabo de menos de 30 minutos, arribamos finalmente a la Santa Claus Village. Lo primero que encontramos al ingresar fue la Oficina de Información Turística del Circulo Ártico. Lo más llamativo es que la oficina y el Hall de Recepción, en donde hay varios locales de souvenirs y algunos lugares para comer o tomar algo, se encuentran atravesados por una línea pintada en el piso que marca que estamos cruzando el paralelo y estamos ingresando efectivamente al Círculo Polar Ártico. De hecho, en la Oficina de Información te entregan un Certificado de que cruzaste al Ártico a cambio de 5 euros, si mal no recuerdo.

    Ya dentro del parque, sin realmente saber que esperar, nos dirigimos a la oficina de Santa Claus, para encontrarnos con el personaje que acompañó nuestras infancias y que nunca deja de ser ese lazo con el niño dentro de uno; esa inocencia que no he de perder y que me arraiga a los placeres más puros de mi vida y existencia.

    Al entrar a la oficina, con una cándida simpatía las mujeres que atendían nos entregan unas enormes bolsas rojas reutilizables con un gran dibujo de Santa Claus donde guardar nuestros abrigos y demás elementos para que nuestro encuentro con Santa fuese más cómodo y rápido. «Las bolsas se las pueden llevar como un souvenir», nos aclaran. Comenzamos entonces a caminar por unos largos pasillos, decorados con todo tipo de artefactos referentes a Santa Claus, que imaginamos en fechas cercanas a la navidad deben de estar llenos con filas interminables de niños y no tanto, ansiosos de conocer a Santa.

     

    Llegamos entonces a la puerta. Sólo había antes nuestro un grupo de cuatro turistas asiáticos, así que nuestra espera fue corta, y eventualmente ingresamos. Dejamos las bolsas a un costado, y nos dirigimos hacia el set donde se encontraba Santa Claus. Y por un momento nos permitimos creer que estábamos con Santa. Amable, con una gran barba platinada, ojos celestes cristalinos y un atuendo en el que destacaban sus largas medias rayadas, le hice entrega de las cartas que traía yo desde Salta. Antes de partir hacia la Laponia les dije a mis amigos y familiares que avisen a sus niños que si lo deseaban, podían darme las cartas para que yo personalmente se las entregue a Santa. Lo cual así sucedió. Un encuentro que duró apenas un par de minutos que sirvió para que grabasen un video y sacasen un par de fotos. Cabe remarcar que la entrada al parque es gratuita, pero una foto impresa con Santa Claus cuesta 32 euros, y el combo de las dos fotos digitales más el video con Santa Claus cuesta alrededor de 40 euros. Nada económico, lo sé…

    Tras salir por el Gift Shop de la Oficina de Santa Claus, nos colocamos las grampas en las botas y caminamos por el parque. El día anterior habíamos sufrido con el hielo en Ranua, y si bien a lo largo y ancho del parque todo el piso estaba cubierto de hielo, esta vez habíamos venido preparados. La noche anterior,  en el Class Ohlson del Rinteenkulma Shopping Center ubicado al frente del hotel, compramos unas grampas adaptables a cualquier calzado que nos permitieron caminar por el parque con total tranquilidad. Vienen en varios tamaños y colores, e incluso existen las versiones más caras para correr en hielo y las más pequeñas, que sirven para zapatos de mujer con tacones. Su precio fue de 12 Euros, y valieron cada centavo.  

     

    Ya con las grampas en nuestras botas paseamos por el parque hasta arribar a un pequeño circuito donde estaban los trineos tirados por renos. En 2018 Finlandia y la Laponia tuvieron uno de los otoños e inviernos con menos nieve en mucho tiempo. Aún así, en ese circuito había nieve suficiente para poder acostarnos en los enormes trineos, cubiertos por una manta que presumimos era de piel de reno, y dar una vuelta al circuito por entre medio de árboles y flora de la Laponia. Una de esas cosas que creo jamás imaginé experimentar.

    Ya en nuestro camino de retirada del Village, escuchamos un diálogo entre una de las jóvenes del Centro de Visitantes con un turista sobre unos tours para ver Auroras Boreales. Lo que alcanzamos a oír fue que esa noche habían grandes chances de observarlas puesto que se pronosticaban cielos despejados. Siendo las Auroras uno de los atractivos más importantes de un viaje por estos lares en otoño e invierno, todo dato servía. Fue entonces que, con esa idea en mente, emprendimos el regreso hacia Rovaniemi, a fin de pasear por la ciudad y planificar lo que sería una de las primeras noches inolvidables de esta travesía.