En el post anterior te contaba del PeruRail Titicaca, el tren de lujo que te lleva desde Puno, la ciudad peruana a la orilla del Titicaca hasta Cusco. En esta ocasión te voy a contar sobre el Inka Express, un autobús turístico que realiza el mismo recorrido, con el agregado de paradas en el camino y que cuesta mucho menos que el tren.
Servicios y Precios

En la ida, nosotros viajamos en el tren que en ese momento costó 160 USD el tramo, y en la vuelta hacia Puno, ya que debíamos regresar hasta La Paz para tomar nuestro vuelo de regreso hacia Salta previa escala en Cochabamba, tomamos el Inka Express, cuyo costo fue de 50 USD. Un costo sensiblemente más bajo. Sea cual fuere la dirección de la ruta que eligas, el bus sale a 6:50 AM de su lugar de partida llegando a su destino a las 17 hs.
El bus es muy cómodo, tiene bebidas frías (coca cola, inka cola y agua) y calientes (café y tés varios, entre ellos el de coca para combatir los efectos de la altura) gratis a bordo, tiene tanques de oxígeno ante cualquier eventualidad e incluye entre sus paradas, un almuerzo buffet en Marangani. Pero lo más importante es que realiza paradas a lo largo del camino permitiéndonos, a lo largo de 10 horas, conocer y descender en lugares icónicos de Perú, tal el Templo de Wiracocha en las Ruinas de Raqchi, el Museo Lítico del Pucará y la Iglesia de Andahuaylillas, además de la mencionada parada para almuerzo. Cabe aclarar que el boleto no incluye los ingresos a ninguno de los lugares mencionados. Todos los detalles de recorridos, horarios, como así también comprar los tickets para el Inka Express, lo podés consultar aquí.
Recorriendo Parte de La Historia de Perú
Saliendo de Cusco, el bus atraviesa la localidad de Oropesa para que los pasajeros prueben su famoso pan. El pan de Oropesa es dulce, enorme, muy sabroso y tiene la particularidad de aguantar una semana sin endurecerse ni afearse. Posteriormente se dirige a la primera parada, donde se desciende para conocer la Iglesia de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas, la denominada Capilla Sixtina de Sudamérica. Esta iglesia, construida por los jesuitas en el siglo XVI, posee un interior es realmente precioso, especialmente sus techos. Fue una sorpresa muy agradable para nosotros.



Posteriormente, tras algo más de 2 horas de viaje, llegamos a las Ruinas de Raqchi, donde descenderemos para conocer las mismas, con especial atención en el Templo de Wiracocha. Una caminata muy agradable, interesante y donde aprovecharemos para sacar varias fotos del lugar.



Tras regresar al bus, nos dirigimos a la población de Marangani, en la intersección entre las rutas que se dirigen a Arequipa y Cusco. Allí nos espera un almuerzo buffet, con comida peruana e internacional. Siempre hay que tener en cuenta que cuando estamos en altura hay que comer liviano pues debido a la falta de oxígeno, la digestión es más lenta y algo pesado nos puede caer mal.

Tras el almuerzo, nos dirigimos a la Raya, a 4319 metros de altura, donde también frena el PeruRail Titicaca. Allí se visita una pequeña capilla y se pueden comprar artesanías. Aquí se dividen las aguas que van hacia Cusco y Valle Sagrado, y las que van al Lago Titicaca.


Posteriormente, tras aproximadamente una hora y media de recorrido, llegaremos a Pukará, la última parada, donde visitamos el Museo Lítico y la bonita y oscura por dentro Iglesia de Santa Isabel. En el Museo se podrán observar numerosas monolitos, estelas y esculturas que tienen la particularidad de presentar formas de animales. Entre ellas se destacan la “Estela de la Lluvia”, también llamada “Estela del Rayo”, una pieza de 2 metros metros de altura en la que se mezclan las formas de un pez y un puma, y “El degollador”, un monolito en el que se ve representado Hatun Ñakaq, quien se muestra sosteniendo una cabeza humana.


Finalmente, un poco después de las 17 llegamos a Puno, nuestro destino final, ciudad ubicada a 3800 mts sobre el nivel del mar.
Conclusión:
Es una excelente opción para hacer un recorrido similar que el PeruRail Titicaca, observando casi los mismos paisajes, por un precio sensiblemente menor, con el agregado de realizar varias paradas en el camino y conocer más de la enormemente rica historia de Perú.
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