Categoría: Dinamarca

  • RYANAIR Festeja el AÑO NUEVO con PASAJES por EUROPA desde 20,20 EUROS

    RYANAIR Festeja el AÑO NUEVO con PASAJES por EUROPA desde 20,20 EUROS

    La aerolínea Low Cost irlandesa, con motivo de celebrar la llegada del año nuevo, lanzó una promoción en la que se pueden hallar muchos pasajes por Europa desde 20,20 Euros el tramo (en clara alusión al año entrante), para viajar entre Febrero y Marzo de 2020.

    En el caso de España, los destinos en oferta varían según el aeropuerto de partida, siendo los más beneficiados los aeropuertos de Alicante y Málaga. Los destinos en oferta son los siguientes:

    Dependiendo el aeropuerto de salida, los destinos son de los mas variados. Para comprobar la promoción, simulamos dos vuelos desde Barcelona El Prat, el primero de ellos hacia la siempre hermosa Budapest, y esto es lo que nos ofreció:


    Efectivamente encontramos pasajes por ese precio en Tarifa Value, que solo permite 1 bolso pequeño de equipaje. Similar caso cuando simulamos el vuelo a Estocolmo, la espléndida capital sueca, como se observa a continuación.

    Conclusión:

    No es la mejor promo de RyanAir, pues es cierto que se han visto precios más bajos, pero no deja de ser una oportunidad si estás viajando en estos meses a Europa y te faltó emitir algún tramo. Yo solo cité los vuelos existentes desde España, pero entrando a las páginas de RyanAir de cada uno de los países donde llega la línea aérea, descubrirás la totalidad de los destinos abarcados por la promoción, y quien te dice, encontrás alguno que te sirva. Qué Mejor Manera de Recibir el 2020 que Emitiendo un Vuelo.

  • Crónicas Laponas Nº11: Kiruna y Las Ventanas que Hablan

    Crónicas Laponas Nº11: Kiruna y Las Ventanas que Hablan

    Kiruna fue un punto alto y emotivo en nuestra travesía por la Laponia. Su carácter efímero, de pronta a mudarse y desaparecer, la hacía interesante y exótica, y la fealdad de la mina de hierro que era el corazón y castigo de la ciudad, aportaba un gris dramatismo que no entorpecía la belleza. Nada disfrutaba más que perderme por las calles entre las casas frente a la mina, esas mismas casas prontas a desaparecer. Y si algo me fascinó durante mi travesía por la Laponia sueca fueron las ventanas decoradas. Sí, esas ventanas tenían todo tipo de decoraciones que comunicaban algo, unas ventanas que hablaban.

    Recuerdo que de viaje por Islandia nos encontramos con una mexicana que vivía en Reikiavik, exótico destino hacia donde partió para acompañar a su novio (resulta que su novio tiene un hijo con una colombiana que se fue a vivir a Islandia, entonces, él, para estar cerca de su hijo, se mudó a Reikiavik acompañado de su novia, que es la chica en cuestión). Esta joven originaria de algún lugar del bello México que hoy no recuerdo, contaba que la noche invernal de Islandia que dura unos 3 meses aproximadamente, no es depresiva en lo absoluto, puesto que todos se encargan de compartir a través de sus ventanas sus vidas en algún punto.

    Las inclemencias climáticas por esos lares son tremendas: en Kiruna las temperaturas bajan hasta -35 en invierno, y eso, sumado a los vientos, tormentas de nieve y falta de luz, motiva que los habitantes atraviesen la mayor parte de sus vidas dentro de sus casas. Quizás, en algún punto, las ventanas sirven para comunicarse de una casa a la otra. La falta de cortinas se explica en la necesidad de recibir algo de luz y contactarse con el exterior para mitigar la sensación de encierro.

    Imagino yo, en una descarada suposición, que la gente interactúa con los vecinos e intrépidos transeúntes desde las ventanas. Esas ventanas que son el espejo de la casa, a través de las cuales se puede observar que la vida fluye, aún a pesar de un clima inmisericorde, que la vida sólo se traslada a puertas adentro, pero que, de alguna manera, en el ojo del que mira, no en rol voyeurista, sigue estando un poco en el exterior.

    Suposiciones aparte, estas ventanas hablan, no son apenas aberturas de vidrio con una cortina. Tienen diseños intrincados, con figuras, plantas, decoradas de una manera consciente y planificadas, ventanas que dicen algo al que las ve, ventanas hechas para ser observadas, no para ocultar lo que hay dentro.

    Estas ventanas las había visto en todo el camino desde Haparanda Tornio en la frontera con Finlandia hasta llegar a Kiruna, y me llamaba la atención cómo desde el bus se podía, aún en medio de la profunda oscuridad de la noche, observar perfectanente lo que sucedía puertas adentro. Ventanas que hablaban, que comunicaban, que no tenían intención alguna de ocultar, sino todo lo contrario, tenían por objeto compartir lo que dentro sucedía para de alguna manera, a través de lo que sucede en las distintas ventanas, formar un tipo de entramado social, abstracto quizás y que solo existe en los ojos de quien observa.

    Un atípico medio de comunicación cuyo éxito recae en la sutileza del silencio tan típico de Escandinavia, en la que el mensaje que se envía se comprende en base al diseño, selección de objetos y la vida insonora que se aprecia a través de las ventanas.

    Vidriera de local en Kiruna de venta de artefactos de iluminación y demás accesorios para decoración de ventanas.

    Un silencio que muchas veces es lo justo y necesario para comunicar. Existe en nuestro mundo actual una necesidad de llenar todos los vacíos sonoros con, muchas veces, frases o palabras más vacías que la próxima carencia de sonido. El silencio no tiene que ser incómodo, aún cuando se trata de un silencio de a dos o tres; no hay siempre que hablar, no hay que intentar llenar esa carencia con ruidos solo por evitar el silencio. Quizás a través de esa ausencia de sonidos innecesarios, estamos transmitiendo sin darnos cuenta. Un amigo o pareja con quién podés estar un rato en silencio sin que se vuelva incómodo, es alguien a quien te une un vínculo de confianza y entrega más profundo, tan es así que no necesitás expresarlo en palabras para que ambos lo sepan. El mismo silencio que acompañó todo el recorrido por la Laponia, un silencio a veces ensordecedor, otras veces íntimo, nunca extraño, sino más bien normal. Quizás el barullo es lo natural en Bangkok, pues aquí la norma es el silencio y aislamiento. Una normalidad que disfruté en demasía para escapar del ruido que rodeaba a mi vida antes de partir, un silencio que, lejos de incomodar, mi previa y ruidosa alienación citadina se encargó de balsamar.

  • Huelga a la Escandinava: 70% de Vuelos Cancelados por paro de pilotos en SAS

    Huelga a la Escandinava: 70% de Vuelos Cancelados por paro de pilotos en SAS

    Los pilotos de SAS en Noruega, Suecia y Dinamarca comenzaron hoy un paro, cancelando el 70 % de los vuelos. Los pilotos y la aerolínea escandinava no lograron llegar a un acuerdo en lo referente a salarios y número de horas trabajadas.

    La empresa está ofreciendo a los pasajeros afectados la reubicación en el próximo vuelo disponible, reubicación en una fecha más adelante o la cancelación y reembolso del ticket comprado.

    Para el reembolso de tu ticket, el vuelo tiene que cumplir una o más de las siguientes características: debe ser operado por SAS, no debe estar cancelado el vuelo, las fechas de salida deben estar comprendidas entre 26 y 29 de abril, el ticket debe comenzar con el número 117, el pasaje fue emitido hasta el 24 de abril inclusive, y comprado directamente con Scandinavian Airlines System en cualquiera de sus plataformas.

    Cabe recordar que los vuelos de SAS operados por las subsidiarias regionales tal el caso de la noruega Wideroe, operan con normalidad.

  • ¿Por qué amo tanto Escandinavia?

    ¿Por qué amo tanto Escandinavia?

    Los países nórdicos están lejos de la Europa continental, tanto físicamente como en mentalidad y niveles de vida. A excepción de Estocolmo y Copenhague, las ciudades nórdicas carecen de construcciones espectaculares y de lujos ostentosos. De hecho la moderación y la humildad son la base de la cultura escandinava. En general, no te van a impactar las iglesias extraordinariamente ornamentadas, la espectacularidad de los monumentos, o el exacerbado lujo de sus palacios; el encanto de Escandinavia no reside allí. Por el contrario, las sociedades nórdicas, basan su conducta y vida en las famosas Leyes de Jante, un compendio de reglas en las que el bien común se encuentra por encima del bien personal, y en las que se condena la ostentación y arrogancia como uno de los peores pecados.

    El atractivo de los países escandinavos radica especialmente en la espectacularidad de los paisajes y en la búsqueda de las Auroras Boreales por su cercanía al Círculo Polar Ártico. Son países de gran extensión para los parámetros europeos (con la excepción de Dinamarca), y con poblaciones que no superan los 8 millones de personas, tal el caso de Suecia. La inhóspita región de la Laponia, compartida entre Noruega, Suecia y Finlandia, es dueña de una belleza cautivante y el lugar ideal para poder observar una aurora boreal.

    Estocolmo, Suecia.

    Asimismo, las ciudades son prolijas, ordenadas, con grandes parques o bosques, donde todo funciona perfectamente; el transporte llega a horario cronometrado, los conductores respetan a los peatones (no así los ciclistas, que merecen un capítulo aparte), hay ruido pero no barullo, y todos y cada uno de sus habitantes son amables, educados y hablan un perfecto inglés. Y es allí donde creo radica uno de los mayores atractivos de visitar los países escandinavos: su gente.

    Los nórdicos tienen sistemas educativos de excelencia (sino sólo mirar el caso de Finlandia, a quien frecuentemente se cita como el mejor sistema educativo del mundo). Todos hablan varios idiomas para facilitar su inserción en un mundo laboral globalizado, y son ávidos lectores. Por eso no sorprende la gran cantidad de librerías o cafés literarios que se encuentran en las ciudades. Pero a su vez, tienen una gran conciencia de su cuerpo y medio ambiente. El escandinavo entiende la necesidad de cuidar el cuerpo y la salud (los alimentos orgánicos son algo cotidiano), y practica, a pesar del duro clima que debe soportar, una gran cantidad de deportes al aire libre: trekking, running, esquí, etc. Por ello es que hay grandes parques o senderos que te llevan hacia bosques a muy corta distancia de la ciudad. Es que al haber vivido en tierras de climas tan extremos, desarrollaron desde la mitología nórdica una relación fundamental con la naturaleza. El escandinavo suele ser agnóstico o ateo, porque para ellos la naturaleza fue la que siempre rigió sus destinos. De allí nace una relación casi religiosa con la naturaleza y su cuidado.

    Swan Chair de Arne Jacobsen

    Otro aspecto muy atrayente de las ciudades escandinavas es la arquitectura moderna y el famoso diseño escandinavo (¿alguien dice IKEA?), que es a su vez funcional y posee una estética intrínsecamente relacionada con la naturaleza. En los países nórdicos residen algunos de los estudios de arquitectura más vanguardistas y reconocidos del mundo, y famosos son los diseñadores industriales y de mobiliario de estos lares. Sólo citar a Arne Jacobsen, el danés creador de sillones emblemáticos como Egg o Swan, y sillas como el modelo Seven, muy populares y modernos hasta hoy; o el finlandés Eero Saarinen, creador de la futurista y todavía actual línea Tulip,  o su compatriota Alvar Aalto, por solo nombrar algunos.

    Tulip Chair de Eero Saarinen

    Escandinavia es la otra parte de Europa: la funcionalmen-te moderna, la de las ciudades en medio de bosques, la de los kilómetros de tierras de bellezas inhóspitas, la de los baños termales públicos (Islandia) o saunas (Finlandia) como lugares de encuentro y socialización, la de niveles de vida y educación envidiables. Seguramente no todo es positivo, pero bien vale la pena permitirse conocer una parte del mundo dotada de una belleza diferente, pero no por eso menos subyugante y espectacular.