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  • Barcelona: AirBnb, Turismo de Excesos y Humores Caldeados

    Barcelona: AirBnb, Turismo de Excesos y Humores Caldeados

    Barcelona es indudablemente una ciudad bella por donde se la mire. Bendecida por la climatología, a las orillas del mar mediterráneo y con centros de esquí no lejanos, cuenta además con innumerables atractivos turísticos, desde el legado arquitectónico del modernismo catalán que encuentra en Gaudí su máximo exponente, pasando por los excelentes museos, extraordinarios mercados y una gastronomía variada y sofisticada. A eso se le suma una red de metros eficiente, un sistema de transporte público que conecta muy bien a la ciudad y una plaza hotelera para todos los gustos. Una ciudad de primer nivel para el turismo, que sin embargo, a mis ojos, sufre quizás como pocos (o quizás sea la única) de los grandes destinos turísticos, lo que se denomina tristemente Turismo de Borrachera.

    Primero que nada, defino el Turismo de Fiesta Salvaje o Borrachera como aquel que involucra a visitantes del norte de Europa principalmente (en especial británicos e irlandeses), que por los bajos precios de las bebidas alcohólicas y vida en general en España en comparación a sus países natales, realizan estas visitas con otro motivo mas allá del turístico: la de beber alcohol y consumir sustancias hasta niveles de intoxicación, con todos los excesos que ello representa.

    Playa de la Barceloneta, Barcelona.

    Clásicos son algunos destinos tristemente famosos por recibir este tipo de visitantes como Magaluf, célebre por aquella joven que practicó sexo oral a 23 hombres a cambio de alcohol en una práctica que se presume común en la ciudad llamada mamading; Salou y Lloret del Mar. Todas ciudades ubicadas en la costa del Levante o Cataluña, algunas más cerca que otras de Barcelona. Un movimiento que parece ya infectó algunas zonas de la ciudad condal.

    Caminar por la noche e incluso en horas de la tarde por las zonas aledañas a la Rambla, en la zona de la Ciutat Vella, o incluso por la Barceloneta en la cercanía de las playas, nos permitirá observar algunos espectáculos indeseados: hombres orinando en las calles, gente consumiendo sustancias, calles sucias, hombres y mujeres ebrios o intoxicados, con un aire a zona roja o liberada.

    AirBnb ¿La Gran Culpable?

    Muchos atribuyen este fenómeno a una plataforma que enfrenta cada vez más problemas en las grandes ciudades: AirBnb. La cantidad de departamentos disponibles a bajo precio precisamente en la zona playera de la Barceloneta, El Raval y Barri Gotic es señalada como una de las facilitadoras de este fenómeno. Departamentos amplios ocupados por varias personas, resultan en montos muy económicos a pagar, lo que, suamado a los numerosos vuelos low cost que llegan a Catalunya, hacen un combo perfecto para los visitantes que lejos de conocer la historia y cultura de la ciudad, buscan pasar sus días y noches entre playas y excesos. De hecho, según un estudio realizado por la consultora Colliers y La Haya Hotelschool poco después de la modificación de las normativas que provocaron el cierre de más de 3 mil propiedades de AirBnb en Barcelona, concluye que la plataforma trae a la ciudad catalana turismo de bajo poder adquisitivo, ya que de las 3 millones de pernoctaciones alcanzadas en 2018, el 47% fue en habitaciones, una estadística muy superior comparada contra el 30% en Madrid y apenas el 11% en París. Una característica que a los habitantes y ayuntamiento de Barcelona no le gusta demasiado.

    Una turista posando junto a un graffitti que dice «Turistas Vuelvan a Casa».

    De hecho las protestas contra AirBnb y el turismo masivo en los barrios más afectados por este tipo de turismo fueron noticias durante el último tiempo. Para los habitantes de ciertos barrios de la ciudad este tipo de turismo es insostenible, dañino y no trae nada positivo a la ciudad. En ciertos lugares de Barcelona no es raro encontrar grafittis contra los turistas, AirBnb y el humor social respecto a los visitantes es complejo. No digo que te maltraten ni mucho menos pero la sobredosis de un turismo barato que inundó Barcelona en los últimos años resultaron en una ciudad abrumada por visitantes que no solo son incómodos por sus actitudes desenfrenadas, sino como lo sienten los habitantes de la ciudad, perturban la dinámica de la ciudad y distraen del verdadero patrimonio cultural de la ciudad a través de transformarla en una suerte de capital de excesos.

    Sea como fuere, queda para el turista incauto como yo, la sensación de que Barcelona es «afeada» (metafóricamente hablando) por la abundancia de este turismo que a mis ojos no suma, sino más bien resta: resta valor, resta belleza, resta seguridad en lugares muy atractivos de la ciudad, resta ingresos porque no es el tipo de turismo que comprará en los shoppings ni pagará su entrada a las caras obras de Gaudí. Quizás Barcelona sea una de las grandes víctimas del turismo de reviente, como me gusta llamarlo, por cometer el pecado de tener una playa y climas privilegiados. No es Ibiza, Magaluf o Salou, que son solo eso, pequeñas ciudades que solo tienen una playa. En cambio Barcelona puede y debe aspirar a más: con ese bagaje cultural, arquitectónico y gastronómico, Barcelona (por más que no sea de mis ciudades preferidas en el mundo) puede y debe aspirar a ser el destino turístico que tiene que ser. Los habitantes sienten lo mismo, el ayuntamiento ha establecido nuevas reglas, pero ¿será suficiente? Sólo el tiempo lo dirá, pero está claro que las consecuencias de AirBnb en Europa no se circunscriben solo a Barcelona, efectos que serán analizados en otro post.

  • AirBnb suma rechazos: ¿El Fin De La Era Low Cost del Hospedaje?

    AirBnb suma rechazos: ¿El Fin De La Era Low Cost del Hospedaje?

    Hace unos años AirBnb nacía como una innovadora opción para abaratar los alojamientos turísticos para llenar las demandas de un mercado nacido con las Low Cost: aquellos que entendieron que quizás todo puede ser más barato, a través de un medio o plataforma alternativa. Nacía entonces la era del turismo Low Cost.

    Comienzo de la era Low Cost

    Recuerdo cuando en el año 2000 vivía en Dublin, Irlanda, y ví de cerca los primeros años de Ryanair, cuando revolucionaron el mercado con sus increíbles bajas tarifas. Recuerdo un pasaje a Edimburgo por 36 centavos de libra irlandesa, y multitud de pasajes a Venecia, Roma y Paris por menos de 10 libras. De pronto, el aeropuerto comenzó a ser un lugar concurrido por gente para la cual ciertos lugares de Europa ahora no sólo eran posibles, sino frecuentes. En cierta manera Ryanair democratizó el volar, lo hizo asequible a las masas y de pronto, las grandes capitales europeas estaban llenas de turistas que pagaron poco por sus pasajes, y que lo mismo pensaban hacer con el alojamiento y demás. El modelo se replica en el mundo, y de pronto mucha gente accede a pagar el pasaje pero el alojamiento y demás servicios seguían siendo igual de caros.

    Nace AirBnb

    Años después AirBnb supo ver ese nicho en el mercado como ninguno y se ofreció como intermediaria y garante entre quien se iba de su casa de vacaciones y quería alquilarla a otro usuario que usaría esa misma propiedad para sus propias vacaciones; departamentos o habitaciones privadas a un precio mucho menor e incluso más cómodos que muchas habitaciones de hotel. De pronto accedías a espectaculares departamentos por la mitad del precio de una habitación estándar de hotel. O quizás 5 o 6 personas se hospedaban por el precio de 2. AirBnb pasó a ser algo así como el confort low cost del hospedaje, sin tener que recurrir a hostels y con la posibilidad de abaratar gastos de comida si la propiedad alquilada tenía cocina.

    Como era de esperar, AirBnb se convirtió en un tremendo éxito, pero con el tiempo los particulares que dejaba su casa para que la uses, se convirtieron en administradores de departamentos de alquiler temporario, y la idea original se amplió o desvirtuó, de acuerdo a la óptica de cada uno, un poco. También esto dio lugar a numerosos ayuntamientos que encontraron allí la justificación no sólo para obtener dinero de impuestos, sino además para regular e inclusive prohibir el servicio. De pronto ciudades muy importantes para el turismo como New York, Barcelona y Singapur, entre otros, declararon ilegal el alquiler vía dicha plataforma. A eso se suma la Ley Minpaku en Tokio que regula los servicios de alojamiento privado, que provocó que la misma AirBnb redujera en un 80% los avisos en la capital japonesa. Sin olvidar el más reciente caso de Madrid, que prohibe toda aquella propiedad en alquiler que no tiene entrada privada. Y como estos ejemplos, hay muchos más.

    Mi sensación es que AirBnb, al igual quizás que UBER, nacen para satisfacer una genuina demanda del mercado pero aprovechándose de los vacíos legales existentes. En algún punto los servicios eran tan nuevos que la legislación no se adaptaba a ellos. De pronto no eran ilegales, pero a la vez no había un marco legal que los regule. Precisamente en ese contexto es que los precios de los servicios eran tan bajos, porque si bien se cobraba una comisión, había una cantidad de gastos impositivos que no egresaban. Su original naturaleza de Peer to Peer, lo impedía. Pero cuando AirBnb dejó de ser la app que usabas para alquilar tu casa y se convirtió en un servicio de alquiler de departamentos de alquiler temporario, la economía colaborativa quedó a un lado y el negocio se transformó en uno más clásico.

    El Desafío De AirBnb

    AirBnb, en mi óptica, se enfrenta a una etapa crucial de transformación y adaptación a una nueva situación: la de la regulación. Hay casos y casos, pero no es una locura lo que pide la Ley Minpaku en Tokio: que los departamentos tengan vías de escape y sean seguros ante cualquier incidente, accidente o desastre natural.

    Todas estos nuevos requisitos trajeron ya problemas: algunas de las ciudades más importantes del mundo a nivel turístico, como el caso de las mencionadas, ya sea prohibieron o limitaron enormemente el funcionamiento de la plataforma. Y si la tendencia, a nivel global, no se revierte, probablemente veamos una consecuencia no deseada pero que puede ser inevitable: una suba de precios, para poder costear nuevos egresos, o por el otro lado, alquileres tan caros que la diferencia con hoteles va a ser mínima o inexistente.

    ¿El Fin De La Era Low Cost?

    Por eso me planteo muchas dudas: ¿Será AirBnb capaz de sostener los bajos precios? ¿Será capaz de poder lidiar con regulaciones tradicionales y aun así tener un negocio redituable? ¿Los hoteles, en caso de una suba de precios de AirBnb, van a mantener los suyos para ser competitivos o los incrementarán para marcar una diferencia? Sólo el tiempo y las decisiones de quienes están a cargo de AirBnb y similares plataformas nos lo dirán, y sabremos entonces si esta Era de Costos Low Cost generalizados es solo una etapa que llegará a su fin con las regulaciones, o bien, un nuevo modelo de negocios que obligará a los demás sectores de la industria a reinventarse.