Crónicas Laponas Nº 7: La Mudanza de La Iglesia Más Bella de Suecia

Llegamos a Kiruna, en la Laponia Sueca, muy tarde por la noche anterior, agotados tras una larga travesía desde Finlandia. la Laponia no está fluidamente comunicada en transporte público, por lo que nos tomó casi 12 horas llegar desde Rovaniemi en un trayecto que en auto debería tener una duración de por lo menos la mitad.

Vista desde la habitación del hotel a la Mina de Hierro Más Grande Del Mundo.

Nos levantamos a desayunar en el excepcional desayunador del Scandic Ferrum, un hotel cuyo nombre deriva de su ubicación: muchas de sus habitaciones, entre esas la mía, tienen una vista hacia la mina de hierro más grande del mundo, la misma que provoca que Kiruna haya entrado en un plazo de 100 años (que por nuevos estudios podría acelerarse a solo 20 años) para mudar íntegramente la ciudad para evitar que el suelo, ya debilitado por la acción de la minería, se derrumbe y trague a la ciudad. Esos le agregaría a mi visita a Kiruna un halo de mayor belleza por lo efímero de todo aquello que nos enamoraría de la ciudad más septentrional de Suecia.

Entrada a la Kyruna Kyrka.

La primera parada por las nevadísimas calles de de la ciudad fue la Iglesia de Kiruna (o Kiruna Kyrka) , una bellísima construcción de madera votada por los suecos como la construcción más bella de Suecia pre 1950, un logro difícil de discutir. Todo en Kiruna transcurría en su silencio desolador pero intimista, una característica que acompañaría al resto de nuestra estadía en el que es el segundo municipio más grande del mundo, con 20 mil kilómetros cuadrados de extensión, y que cuenta con apenas 20 mil habitantes.

La Iglesia de Kiruna fue construida entre 1909 a 1912 y es una de las Iglesias de Madera más grandes del país, y si bien su exterior es gótico, recuerda intencionalmente a una Kota, la carpa utilizada por los Sami, el pueblo nómade originario de la Laponia. El diseño y construcción estuvo a cargo del arquitecto Gustaf Wickman, con la colaboración del ingeniero Bengt Lundgren y Hjalmar Lundbohm, quien fundó la ciudad alrededor la LKAB (Luossavaara-Kiirunavaara Aktiebolag), la compañía minera que ahora requiere la mudanza de la ciudad para seguir funcionando.

Su color rojizo del exterior no es antojadizo: le permite destacarse del bosque que la rodea en el centro de la ciudad, y es fácilmente divisable en el invierno cuando la rodean varios metros de nieve.

A pesar de que la iglesia acoge hasta 800 personas, por decisiones de diseño la sensación es de ser más pequeña y acogedora. Cuenta con varias filas de ventanas que permiten la entrada de mucha luz natural, que contrasta con la oscura madera de la construcción.

El altar es estilo Art Nouveau y la pintura en el retablo, llamada El Bosque Sagrado, es obra del Príncipe Eugen, Duque de Närke, hijo del Rey de Suecia Oskar II y está inspirado en la Toscana italiana.

Su belleza es sobrecogedora, y es el corazón de la ciudad. Pero no por mucho tiempo más, porque debido a la aceleración de los tiempos, la Iglesia, cuya mudanza será de las más esperadas, será trasladada pieza a pieza, o bien, de manera íntegra utilizando grandes camiones, a su nuevo lugar, a tres kilómetros de distancia.

Mudanza de unos de los edificios históricos en Kiruna, Suecia.

Bella para algunos (entre los cuales me incluyo), no tanto para otros (tal el caso de la protagonista de Aurora Boreal, de la escritora Åsa Larsson, cuyas novelas transcurren en Kiruna, a quien le parece fría y fea), su situación de pronta mudanza no deja de ser fascinante. Una ciudad que encuentra en el estigma del riesgo de desaparecer la oportunidad para reinventarse, y no desaparecer.

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