Categoría: Noruega

  • NORUEGA: Todo sobre TROLDHAUGEN, la IDÍLICA Casa-Museo de Edvard GRIEG

    NORUEGA: Todo sobre TROLDHAUGEN, la IDÍLICA Casa-Museo de Edvard GRIEG

    Allá por mediados de 2016, cuando comencé a planear mi viaje por las capitales escandinavas más San Petersburgo, la bellísima ciudad de Bergen era un imprescindible, y gran parte de ello era por mi admiración hacia el más grande compositor noruego, Edvarg Grieg. En ese sentido, unas de las mañanas que permanecimos en Bergen la usamos para ir a Troldhaugen, la preciosa casa museo del genio noruego, ubicada en las afueras de la ciudad, y que resultó un paseo por demás precioso.

    ¿Cómo Llegar?

    Llegar a Troldhaugen es bastante simple. Sólo hay que tomar el Tram o Light Rail en la ciudad en dirección a Bergen Lufthavn (Aeropuerto de Bergen) y descender en la estación Hop. Desde allí, te espera una bonita caminata de aproximadamente 20 minutos por una tranquila zona residencial, siguiendo las señalizaciones hacia Troldhaugen. Para comprar el billete tenés tres opciones:

    La primera, es comprar el billete a bordo del light rail.En ese caso, el precio del viaje va a ser de 60 NOK (6,40 USD) para adultos y 30 NOK (3,20 USD) para niños.

    Máquina para comprar tickets para el Tram en Bergen, Noruega.

    La segunda opción es comprarlo en las máquinas que se encuentran en las mismas paradas del Tram. Si comprás allí, el precio va a ser de 38 NOK (4 USD) para adultos y 19 NOK (2 USD) para los niños.

    La tercera opción es comprarla por la app Skyss Billet. En ese caso el precio va a ser el mismo que comprando en las máquinas, es decir, 38 y 19 NOK. Para bajar la aplicación, lo podés hacer desde aquí si tenes un celular con Android, o desde este enlace si tenés un Iphone.

    Horarios y Precios:

    Durante la temporada de verano, desde el 1 de Mayo a 30 de Septiembre, el museo abre todos los días de 9 a 18 hs, mientras que desde el 1 de Octubre al 30 de Abril, el horario de apertura es de 10 a 16 hs. El precio de la entrada es de 130 NOK (13,90 USD) para adultos, 65 NOK (6,95 USD) para estudiantes o poseedores de la Bergen Card, y es gratuito para todos los menores de 18 años.´

    Asimismo, si viajás entre el 1 de Mayo y el 11 de Octubre, podés asistir a los Lunchtime Concerts, en los cuales diversos pianistas ofrecen conciertos a la hora del almuerzo en la sala Troldsale, que posee una hermosa vista hacia la pequeña cabaña donde el genio noruego solía componer. Los pianistas tocarán siempre repertorio del artista noruego. Si querés asistir a estos conciertos, tendrás que pagar 180 NOK en vez de los 130 NOK de la entrada común, 130 en vez de 65 los estudiantes y poseedores de la Bergen Card, y 50 NOK los menores de 16 años. Si querés concoer el listado de los pianistas que actuarán durante 2020, podés hacerlo en este enlace.

    ¿Quién es Edvard Grieg?

    Edvard Grieg nació en Bergen en 1843, y es uno de los grandes exponentes del Nacionalismo musical, y un compositor popular en la era del romanticismo. Su Concierto de Piano en A Menor es una de sus piezas más célebres, junto a la música incidental del drama Peer Gynt, del escritor también noruego Henrik Ibsen, la Suite Hollberg y las Piezas Líricas. Precisamente, las Piezas Líricas entre gozaron de gran popularidad en el siglo XIX entre las jóvenes de clases acomodadas que aprendían a tocar el piano como parte de su educación. De hecho, las Piezas Líricas constituyeron la mayor parte de sus ingresos. Edvard Grieg fue amigo de los compositores de su época, tal como Tchaikovsky, Brahms, Liszt o Saint Saens, y ejerció una gran influencia en compositores de la talla de Bela Bartok, Maurice Ravel o Claude Debussy.

    Troldhaugen fue la residencia donde pasó una gran parte de la segunda mitad de su vida hasta su muerte, y donde está enterrado entre las rocas junto a su esposa Nina, y esa pequeña casilla roja frente al agua, fue su cabaña de composición donde gran parte de sus obras fueron creadas.

    Troldhaugen, La Casa

    Cuando llegás a Troldhaugen, primero hay que ir a la recepción que se encuentra en el mismo edificio donde se halla el museo, sala de conciertos, confitería y gift shop. Al arribar y pagar las entradas, una mujer nos llevó a la casa y la abrió para nosotros. Como dato anecdótico, recuerdo el nudo en la garganta al saber que iba a ingresar a la casa donde había vivido el creador de la banda de sonido de mi vida.

    La casa en sí es preciosa, conserva el piano original de la casa que se usa para conciertos que se brindan dentro de la misma. Recopilé en mi mente muchas imágenes inolvidables y durante mi recorrido muchas sensaciones me invadieron.

    Posteriormente nos dirigimos hacia la casilla roja, la cual se encuentra cerrada y sólo se puede observar para adentro a través de la ventana en la puerta, y del ventanal que da al mar (la vista desde toda la propiedad es maravillosa). Increíble poder estar en el mismísimo lugar donde la gran parte de las obras que me acompañaron durante tanto tiempo, fueron creadas.

    Finalmente, llegamos a una pared de piedra, donde Edvard Grieg y su esposa Nina pidieron ser enterrados.

    Conclusión:

    Es una hermosa actividad si tenés un par de días en Bergen. Independientemente de mi admiración, es un lugar hermoso y significativo, puesto que se trata del nativo de Bergen más célebre de todos los tiempos, y uno de los compositores más importantes del siglo XIX. La casa y museo están emplazados en un entorno idílico, y si tenés ganas de un concierto en una sala con acústica perfecta y vistas inigualables, no te podés perder entonces esta visita.

  • RYANAIR Festeja el AÑO NUEVO con PASAJES por EUROPA desde 20,20 EUROS

    RYANAIR Festeja el AÑO NUEVO con PASAJES por EUROPA desde 20,20 EUROS

    La aerolínea Low Cost irlandesa, con motivo de celebrar la llegada del año nuevo, lanzó una promoción en la que se pueden hallar muchos pasajes por Europa desde 20,20 Euros el tramo (en clara alusión al año entrante), para viajar entre Febrero y Marzo de 2020.

    En el caso de España, los destinos en oferta varían según el aeropuerto de partida, siendo los más beneficiados los aeropuertos de Alicante y Málaga. Los destinos en oferta son los siguientes:

    Dependiendo el aeropuerto de salida, los destinos son de los mas variados. Para comprobar la promoción, simulamos dos vuelos desde Barcelona El Prat, el primero de ellos hacia la siempre hermosa Budapest, y esto es lo que nos ofreció:


    Efectivamente encontramos pasajes por ese precio en Tarifa Value, que solo permite 1 bolso pequeño de equipaje. Similar caso cuando simulamos el vuelo a Estocolmo, la espléndida capital sueca, como se observa a continuación.

    Conclusión:

    No es la mejor promo de RyanAir, pues es cierto que se han visto precios más bajos, pero no deja de ser una oportunidad si estás viajando en estos meses a Europa y te faltó emitir algún tramo. Yo solo cité los vuelos existentes desde España, pero entrando a las páginas de RyanAir de cada uno de los países donde llega la línea aérea, descubrirás la totalidad de los destinos abarcados por la promoción, y quien te dice, encontrás alguno que te sirva. Qué Mejor Manera de Recibir el 2020 que Emitiendo un Vuelo.

  • Crónicas Laponas Nº11: Kiruna y Las Ventanas que Hablan

    Crónicas Laponas Nº11: Kiruna y Las Ventanas que Hablan

    Kiruna fue un punto alto y emotivo en nuestra travesía por la Laponia. Su carácter efímero, de pronta a mudarse y desaparecer, la hacía interesante y exótica, y la fealdad de la mina de hierro que era el corazón y castigo de la ciudad, aportaba un gris dramatismo que no entorpecía la belleza. Nada disfrutaba más que perderme por las calles entre las casas frente a la mina, esas mismas casas prontas a desaparecer. Y si algo me fascinó durante mi travesía por la Laponia sueca fueron las ventanas decoradas. Sí, esas ventanas tenían todo tipo de decoraciones que comunicaban algo, unas ventanas que hablaban.

    Recuerdo que de viaje por Islandia nos encontramos con una mexicana que vivía en Reikiavik, exótico destino hacia donde partió para acompañar a su novio (resulta que su novio tiene un hijo con una colombiana que se fue a vivir a Islandia, entonces, él, para estar cerca de su hijo, se mudó a Reikiavik acompañado de su novia, que es la chica en cuestión). Esta joven originaria de algún lugar del bello México que hoy no recuerdo, contaba que la noche invernal de Islandia que dura unos 3 meses aproximadamente, no es depresiva en lo absoluto, puesto que todos se encargan de compartir a través de sus ventanas sus vidas en algún punto.

    Las inclemencias climáticas por esos lares son tremendas: en Kiruna las temperaturas bajan hasta -35 en invierno, y eso, sumado a los vientos, tormentas de nieve y falta de luz, motiva que los habitantes atraviesen la mayor parte de sus vidas dentro de sus casas. Quizás, en algún punto, las ventanas sirven para comunicarse de una casa a la otra. La falta de cortinas se explica en la necesidad de recibir algo de luz y contactarse con el exterior para mitigar la sensación de encierro.

    Imagino yo, en una descarada suposición, que la gente interactúa con los vecinos e intrépidos transeúntes desde las ventanas. Esas ventanas que son el espejo de la casa, a través de las cuales se puede observar que la vida fluye, aún a pesar de un clima inmisericorde, que la vida sólo se traslada a puertas adentro, pero que, de alguna manera, en el ojo del que mira, no en rol voyeurista, sigue estando un poco en el exterior.

    Suposiciones aparte, estas ventanas hablan, no son apenas aberturas de vidrio con una cortina. Tienen diseños intrincados, con figuras, plantas, decoradas de una manera consciente y planificadas, ventanas que dicen algo al que las ve, ventanas hechas para ser observadas, no para ocultar lo que hay dentro.

    Estas ventanas las había visto en todo el camino desde Haparanda Tornio en la frontera con Finlandia hasta llegar a Kiruna, y me llamaba la atención cómo desde el bus se podía, aún en medio de la profunda oscuridad de la noche, observar perfectanente lo que sucedía puertas adentro. Ventanas que hablaban, que comunicaban, que no tenían intención alguna de ocultar, sino todo lo contrario, tenían por objeto compartir lo que dentro sucedía para de alguna manera, a través de lo que sucede en las distintas ventanas, formar un tipo de entramado social, abstracto quizás y que solo existe en los ojos de quien observa.

    Un atípico medio de comunicación cuyo éxito recae en la sutileza del silencio tan típico de Escandinavia, en la que el mensaje que se envía se comprende en base al diseño, selección de objetos y la vida insonora que se aprecia a través de las ventanas.

    Vidriera de local en Kiruna de venta de artefactos de iluminación y demás accesorios para decoración de ventanas.

    Un silencio que muchas veces es lo justo y necesario para comunicar. Existe en nuestro mundo actual una necesidad de llenar todos los vacíos sonoros con, muchas veces, frases o palabras más vacías que la próxima carencia de sonido. El silencio no tiene que ser incómodo, aún cuando se trata de un silencio de a dos o tres; no hay siempre que hablar, no hay que intentar llenar esa carencia con ruidos solo por evitar el silencio. Quizás a través de esa ausencia de sonidos innecesarios, estamos transmitiendo sin darnos cuenta. Un amigo o pareja con quién podés estar un rato en silencio sin que se vuelva incómodo, es alguien a quien te une un vínculo de confianza y entrega más profundo, tan es así que no necesitás expresarlo en palabras para que ambos lo sepan. El mismo silencio que acompañó todo el recorrido por la Laponia, un silencio a veces ensordecedor, otras veces íntimo, nunca extraño, sino más bien normal. Quizás el barullo es lo natural en Bangkok, pues aquí la norma es el silencio y aislamiento. Una normalidad que disfruté en demasía para escapar del ruido que rodeaba a mi vida antes de partir, un silencio que, lejos de incomodar, mi previa y ruidosa alienación citadina se encargó de balsamar.

  • Cronicas Laponas Nº 10: JukkasJärvi, las Tazas de Abedul y el Silencio Necesario

    Cronicas Laponas Nº 10: JukkasJärvi, las Tazas de Abedul y el Silencio Necesario

    El blanco se confundía con el horizonte. Del otro lado del lago congelado, se vislumbraba nítidamente una iglesia de madera, una de esas Iglesias construidas por los colonizadores para convertir a los Samis o Lapones al cristianismo, lo que sucedería en un largo período de 200 años que dejaría, entre otras cosas, un colorido sincretismo en el arte. El blanco era inmenso, eterno, pero tan solitario e íntimo que subyugaba, conmovía. Nos sentamos un largo rato al borde del lago congelado, para observar el monótono y minimalista paisaje del frío lapón.

    Llegamos al lago ingresando, sin saberlo, en propiedad privada. Los Samis construyen varias casas en un terreno común. No todos usan las Lavvuu, sus conocidas carpas de forma cónica. En la pequeña Jukkasjärvi, muchos ya dejaron su carácter nómade, pero mantienen la costumbre de vivir cerca en un mismo pedazo de tierra, pero cada uno con su casa y su granero. Nosotros, convencidos que el espacio entre las viviendas del era una calle, ingresamos hasta las orillas del lago congelado para maravillarnos con la belleza del blanco, tan fría pero no por eso menos conmovedora. Y mientras disfrutábamos del silencio y la paz de la soledad, algún que otro local nos observaba. Y allí fue que nos dimos cuenta. Nunca nos dijeron nada, ni nos pidieron que nos retirásemos. No debemos ser los primeros en haberlo hecho.

    Fue entonces que caminamos hacia la Iglesia de Jukkasjärvi, una pequeña construcción de madera cuya decoración interna soprendió con los colores vivos y esa simpleza de líneas tan propia de los pueblos nórdicos. Simple, humilde pero elegante a la vez, quizás parte de la esencia del diseño escandinavo que aquí se enriquecía con los colores de la cultura Sami, que se notaban sobretodo en el fresco del altar, donde en el centro se encontraba la imagen de Jesús de Escandinavia.

    El Necesario Silencio

    Más allá de creencias, siempre hallé las iglesias en lugares remotos como un lugar de introspección y paz. De más está decir que éramos los únicos caminando por el pueblo y en la iglesia. Me costaba imaginar la vida en ese contexto de soledad tan profunda pero en esta ocasión lo disfrutaba. La introspección es necesaria ante el barullo de nuestra vida «civilizada», pues tal es el ruido del afuera que frecuentemente olvidamos quién somos, porqué hacemos lo que hacemos y terminamos siendo lo que los demás dicen que debemos ser, consumiendo aquello que nos dicen que debemos consumir para pertenecer y viviendo el caos que como mandato seguimos, a fin solo de sentirnos productivos para quien sabe quién. El silencio es imperioso para reconectarnos con el niño que no debemos dejar de ser; el niño que disfruta, que goza y sufre, esa pureza de ser que no quiero jamás perder.

    En un mundo tan ruidoso, tan contaminado de órdenes y mandatos de otros que ni siquiera conocemos porque en realidad es un concepto tan abstracto, nos olvidamos de la relación más importante y concreta en nuestras vidas: la que mantenemos día a día con nosotros mismos, y nos dejamos de escuchar para conformar a otros y dejar nuestros deseos de lado y descender en nuestra propia lista de prioridades. El níveo silencio de la Laponia que observaba a través de las ventanas de la iglesia, ayudaba a una vez más darme cuenta lo vitalmente necesario que es hablar y escucharse a uno mismo. La Laponia era a esta altura un viaje introspectivo enmarcado en una bella travesía por las tierras del Ártico.

    Sami Siida: El Museo Sami

    Dejamos atrás el templo, en el cual pedimos los tres deseos correspondientes al hecho de conocer una iglesia nueva, parte creencia y parte superstición, para seguir nuestro íntimo recorrido por la soleada y nevada Jukkasjärvi, en dirección al Sami Siida, un museo al aire libre de la cultura Sami que se encontraba justo al lado, donde ingresamos junto a una pareja de turistas australianos. El museo, cuya entrada por adulto cuesta unas caros 180 Coronas Suecas (unos 18 USD), es simple pero informativo. Se ingresa a través del Café Sapmi, y tras pagar a la joven que atiende el café, gift shop y museo, fuimos a dar una vuelta.

    En el museo podemos observar una vivienda nómade típica, observar vestuarios, herramientas y todo tipo de artilugios que ayudan a entender y comprender la vida de los Lapones, pero sin duda el punto alto y razón del costo del precio del ingreso es la interacción con los renos, a quienes se puede alimentar y acariciar. En realidad ellos están detrás de un alambrado, pero la pareja australiana abrió la puerta y se acercaron a acariciarlos. Nosotros seguimos por detrás, con cautela. Permanecimos un rato largo con los renos, hasta que el frío en el cuerpo nos pidió entrar al café, a tomar precisamente un café.


    El café Sapmi estaba construido en una gran carpa Sami. En el centro había una gran fogata que servía para mantener caliente el lugar y para calentar el café, tal como es la costumbre del café Sami. Fácilmente uno de los lugares más inolvidables donde tomé café en mi vida. Banquetas de madera recubiertas con pieles y el calor del fuego hacían de esta cafetería algo único. El toque escandinavo en esta cafetería estaba dado que entre las limitadas opciones para comer algo, había opciones para veganos, intolerantes a la lactosa y celíacos. Parece increíble, pero aún en un pueblo en medio del Ártico existe esa variedad.

    Tomamos el café en las tazas Sami de madera de abedul, una taza que no es barata, al menos 40 euros si deseás adquirirla, pero si tomamos en cuenta la relación precio durabilidad es una ganga. Dicen que sólo se debe comprar una taza, y que ella te va acompañar toda la vida. Cierto o no, me puso a pensar en algo que me sucede cada vez que voy a un lugar lejano de lo que convencionalmente consideramos civilizado: cuánto de lo que tenemos es realmente necesario, cuanto de lo que creemos que necesitamos realmente es imperioso para nuestras vidas. Recuerdo cuando atravesamos el Altiplano entre Bolivia y Perú o mis días en el hermoso Cormorant Beach House de Isla Isabela en Galápagos, donde yo fui feliz con una heladera vieja, un televisor con antena doblada que lo único que nos dejaba ver era La Rosa de Guadalupe, un aire acondicionado ruidoso y agua apenas caliente, donde con apenas lo necesario forjamos algunas de los mejores recuerdos. Pienso entonces en la taza y digo: ¿cuántas tazas diferentes necesito realmente para tomar café? ¿cuántas cosas de las que tengo realmente necesito para ser feliz? Podrán decirme que soy conformista, que carezco de ambición, que trato de «adobarme» para enfrentar lo que sucede a mi alrededor, pero la verdad es que prefiero todo eso a sufrir de una codicia que lo único que hace es provocar una eterna inconformidad, que es a su vez funcional a un sistema que pide cada vez más de uno y otorga cada vez menos a cambio. Que no se malentienda, hay que trabajar, tener ganas de crecer y tener siempre ansias de superarse, pero por uno mismo, no para los otros.

    Luego de recuperar calor corporal en la mágica carpa gigante devenida la cafetería más bella a mis ojos, fuimos hacia los restos restaurados de la antigua ciudad Sami, en un punto medio entre el museo e iglesia y el IceHotel 365, donde gracias a la madera y el blanco de la nieve, toda imagen era de postal. Ninguna foto que pudiese yo sacar podría salir mal, simplemente porque la escena era perfecta. Antiguas escuelas, bares, negocios; todo parado en el tiempo y vacío. Quieto, inerte, en silencio, el pueblo comenzaba a despedirnos, no sin dejar un recuerdo imborrable en nuestra retina y mente en forma de imágenes y emociones muy íntimas. Pasaba Jukkasjärvi, como pasaron tantas otras, pero la sensación es que no es apenas una más.

    Mientras esperábamos por el bus que nos llevaría de vuelta a la minera Kiruna, nos dimos cuenta que las bebidas que llevábamos en las mochilas estaban al tiempo, por lo que en ese interín depositamos las mismas en medio de un montículo de nieve y dejamos que la naturaleza haga lo suyo. Para el momento que el bus arribó, las gaseosas estaban heladas, en apenas unos minutos. Y sí, estaba más frío allí que dentro de cualquier heladera.

    Nos alejamos entonces de Jukkasjärvi, el pueblo que nos acercó a los renos, a la cultura Sami, que nos maravilló con el arte en hielo; el pueblo donde el silencio era tal que la única voz a escuchar fue la propia, esa ensordecedora quietud que me permitió escuchar nuevamente esa voz que me decía que lo esencial no es material, sino, como lo dice Antoine Saint Exupery, invisible a los ojos. La taza de madera de abedul representa un gran aspecto de mi fascinación por el diseño escandinavo; no sólo es hermosa, significativa (parte importante de la cultura Sami), sino que es liviana y esencialmente funcional. Y quizás esa sea la lección a aprender: que en realidad, no necesitemos tanto, sino pocas cosas con significado y funcionales para lo que verdaderamente deseamos alcanzar, en vez de acarrear o acumular objetos que nos distraen de concentrarnos en lo que verdaderamente importa; el estar vivos, respirando, disfrutando del simple hecho de estar. Recordar y entender, en mi caso, que una imagen en la retina, un aroma en la memoria, un recuerdo que evoque un escalofrío es lo que me lleva a viajar como lo hago. Por un momento me olvidé del tremendo acumulador compulsivo en el que a veces me convierto, y volví a sentirme liviano, sin pesos innecesarios, solo llevando conmigo lo intangible y realmente importante: mis sentidos, capacidad de asombro y mi inagotable deseo de seguir recorriendo este inmenso y heterogéneo lienzo llamado mundo. Pasaba Suecia, llegaba Noruega. Este viaje estaba todavía muy lejos de acabarse…

  • Huelga a la Escandinava: 70% de Vuelos Cancelados por paro de pilotos en SAS

    Huelga a la Escandinava: 70% de Vuelos Cancelados por paro de pilotos en SAS

    Los pilotos de SAS en Noruega, Suecia y Dinamarca comenzaron hoy un paro, cancelando el 70 % de los vuelos. Los pilotos y la aerolínea escandinava no lograron llegar a un acuerdo en lo referente a salarios y número de horas trabajadas.

    La empresa está ofreciendo a los pasajeros afectados la reubicación en el próximo vuelo disponible, reubicación en una fecha más adelante o la cancelación y reembolso del ticket comprado.

    Para el reembolso de tu ticket, el vuelo tiene que cumplir una o más de las siguientes características: debe ser operado por SAS, no debe estar cancelado el vuelo, las fechas de salida deben estar comprendidas entre 26 y 29 de abril, el ticket debe comenzar con el número 117, el pasaje fue emitido hasta el 24 de abril inclusive, y comprado directamente con Scandinavian Airlines System en cualquiera de sus plataformas.

    Cabe recordar que los vuelos de SAS operados por las subsidiarias regionales tal el caso de la noruega Wideroe, operan con normalidad.

  • ¿Por qué amo tanto Escandinavia?

    ¿Por qué amo tanto Escandinavia?

    Los países nórdicos están lejos de la Europa continental, tanto físicamente como en mentalidad y niveles de vida. A excepción de Estocolmo y Copenhague, las ciudades nórdicas carecen de construcciones espectaculares y de lujos ostentosos. De hecho la moderación y la humildad son la base de la cultura escandinava. En general, no te van a impactar las iglesias extraordinariamente ornamentadas, la espectacularidad de los monumentos, o el exacerbado lujo de sus palacios; el encanto de Escandinavia no reside allí. Por el contrario, las sociedades nórdicas, basan su conducta y vida en las famosas Leyes de Jante, un compendio de reglas en las que el bien común se encuentra por encima del bien personal, y en las que se condena la ostentación y arrogancia como uno de los peores pecados.

    El atractivo de los países escandinavos radica especialmente en la espectacularidad de los paisajes y en la búsqueda de las Auroras Boreales por su cercanía al Círculo Polar Ártico. Son países de gran extensión para los parámetros europeos (con la excepción de Dinamarca), y con poblaciones que no superan los 8 millones de personas, tal el caso de Suecia. La inhóspita región de la Laponia, compartida entre Noruega, Suecia y Finlandia, es dueña de una belleza cautivante y el lugar ideal para poder observar una aurora boreal.

    Estocolmo, Suecia.

    Asimismo, las ciudades son prolijas, ordenadas, con grandes parques o bosques, donde todo funciona perfectamente; el transporte llega a horario cronometrado, los conductores respetan a los peatones (no así los ciclistas, que merecen un capítulo aparte), hay ruido pero no barullo, y todos y cada uno de sus habitantes son amables, educados y hablan un perfecto inglés. Y es allí donde creo radica uno de los mayores atractivos de visitar los países escandinavos: su gente.

    Los nórdicos tienen sistemas educativos de excelencia (sino sólo mirar el caso de Finlandia, a quien frecuentemente se cita como el mejor sistema educativo del mundo). Todos hablan varios idiomas para facilitar su inserción en un mundo laboral globalizado, y son ávidos lectores. Por eso no sorprende la gran cantidad de librerías o cafés literarios que se encuentran en las ciudades. Pero a su vez, tienen una gran conciencia de su cuerpo y medio ambiente. El escandinavo entiende la necesidad de cuidar el cuerpo y la salud (los alimentos orgánicos son algo cotidiano), y practica, a pesar del duro clima que debe soportar, una gran cantidad de deportes al aire libre: trekking, running, esquí, etc. Por ello es que hay grandes parques o senderos que te llevan hacia bosques a muy corta distancia de la ciudad. Es que al haber vivido en tierras de climas tan extremos, desarrollaron desde la mitología nórdica una relación fundamental con la naturaleza. El escandinavo suele ser agnóstico o ateo, porque para ellos la naturaleza fue la que siempre rigió sus destinos. De allí nace una relación casi religiosa con la naturaleza y su cuidado.

    Swan Chair de Arne Jacobsen

    Otro aspecto muy atrayente de las ciudades escandinavas es la arquitectura moderna y el famoso diseño escandinavo (¿alguien dice IKEA?), que es a su vez funcional y posee una estética intrínsecamente relacionada con la naturaleza. En los países nórdicos residen algunos de los estudios de arquitectura más vanguardistas y reconocidos del mundo, y famosos son los diseñadores industriales y de mobiliario de estos lares. Sólo citar a Arne Jacobsen, el danés creador de sillones emblemáticos como Egg o Swan, y sillas como el modelo Seven, muy populares y modernos hasta hoy; o el finlandés Eero Saarinen, creador de la futurista y todavía actual línea Tulip,  o su compatriota Alvar Aalto, por solo nombrar algunos.

    Tulip Chair de Eero Saarinen

    Escandinavia es la otra parte de Europa: la funcionalmen-te moderna, la de las ciudades en medio de bosques, la de los kilómetros de tierras de bellezas inhóspitas, la de los baños termales públicos (Islandia) o saunas (Finlandia) como lugares de encuentro y socialización, la de niveles de vida y educación envidiables. Seguramente no todo es positivo, pero bien vale la pena permitirse conocer una parte del mundo dotada de una belleza diferente, pero no por eso menos subyugante y espectacular.